El mapa de la rentrée de la noche madrileña
La temporada de otoño arranca con varias inauguraciones y remodelaciones de clubes nocturnos

Las noches de ocio al aire libre empiezan a tener los días contados, y la ciudad ya se prepara para esa época del año en la que los clubes de baile y música en directo comienzan a ser el centro de reunión de las salidas ... nocturnas de los madrileños. El sector recibe el otoño con cierta incertidumbre por la crisis que se avecina, pero lejos de tirar la toalla, estrena la temporada con inauguraciones y reaperturas de locales que han acometido una reforma integral para reposicionarse en el mapa de la noche.
Entre las más flamantes inauguraciones se encuentra la de Insomnio, ubicada en la antigua discoteca Look (Cea Bermúdez, 21). Se trata de una sala de música en directo y sesiones de electrónica gestionada por el equipo de Independance, que va a abrir este mismo jueves 15 de septiembre. Tendrá aforo para 350 personas, una estética industrial con materiales reciclados y hormigón, y sus planes son acoger conciertos acústicos y/o de bandas emergentes, así como pinchadas de artistas de renombre en la escena internacional.
Otro de los recién llegados es Vandido (Goya, 79), una discoteca en pleno barrio de Salamanca con ambiente retro-ochentero (aunque se pincha música comercial de todos los estilos), una iluminación de última generación y tecnología de sonido envolvente.
Antigua sala Arena
Marabú también lleva poco tiempo en la ciudad. Ubicada en el número 37 de la calle Ponzano, se presenta como un 'gastro-club' donde se puede cenar con un espectáculo 'dinner-show' diferente cada noche, tomarse una copa y bailar. Su nombre, que hace referencia a un ave carroñera de África, marca la estética del local con decoraciones con plumas y maderas de colores de inspiración subsahariana, que se combinan con acabados que remiten a los años veinte.
Justo antes del verano también abrió Marusha (Juan Bravo, 35), un local de dos plantas llamadas Marusha Society y Marusha The Patio, decoradas con espejos, mármoles y terciopelos al estilo de un palacio italiano.



En el apartado de los clubes que vuelven a la acción tras una reforma, el que más expectación genera es el de la antigua sala Arena (o más recientemente Marco Aldany), en el número uno de la calle de la Princesa. Se llamará Fitz, y ahora mismo está en la fase final de las obras de reforma.
También vuelve a abrir la antigua Boca del Loco en el número once de la calle de Echegaray, con un nuevo equipo que ha rebautizado la sala como La Caverna y planea reactivar su agenda de conciertos a pleno rendimiento. Lo mismo puede decirse de la ya mítica Morocco (en la calle Marqués de Leganés, 7), que se ha hecho un lavado de cara y ya ha arrancado motores con su nueva programación. Este referente cultural abierto en 1951 ha pasado por muy diferentes etapas, y ahora, tras unos años funcionando solo como discoteca, un grupo de personas apasionadas de la música y la cultura (el equipo de Meteórica), ha tomado los mandos con la intención de recuperar el espíritu original, programando todos los fines de semana diversos espectáculos incluyendo conciertos, monólogos y magia.
LAB theClub
En el número 24 de la calle Bailén está Hangar 48, otro local dividido en dos plantas que ofrece conciertos y sesiones de electrónica de madrugada, que ha acometido una ambiciosa reforma que ha mejorado la insonorización, la ventilación y la decoración. Tiene una estética 'berlinesca industrial', y el próximo mes de octubre celebra su quinto aniversario con una programación especial de conciertos.
En el espacio LAB theClub de la estación de Chamartín han vuelto las míticas sesiones Space of Sound de los domingos, en noviembre está prevista la apertura de otra discoteca llamada Circo (en la calle Don Ramón de la Cruz, 28), que tendrá un equipo de sonido de alto nivel y un gran servicio en mesa; ya que en éste local los reservados cobrarán mucho protagonismo. «Hemos trabajado mucho para que la sala sea diáfana y todo gire en torno al DJ, que será visto desde cualquier punto del local», explican sus propietarios, del grupo Lalala.
Además, la reformulación del Teatro Eslava (calle Arenal, 11) sigue en marcha, ya que el equipo que tomó las riendas del local tras la pandemia se ha echado a un lado, y ha entrado gente nueva que tiene muchas ganas de empezar a programar conciertos en octubre. Así que puede decirse que estamos ante un otoño calentito en cuando a ocio nocturno.
Miedo a la crisis
Todos estos clubes arrancan la nueva temporada con entusiasmo y planes de lo más ambiciosos porque según Javier Olmedo de La Noche en Vivo, «hay previsión de que va a haber mucha oferta en la noche madrileña, y esperamos que también demanda». Y es que desde su asociación se transmite un mensaje de ilusión, pero también de cautela.
«Tenemos mucho miedo en el sector por la crisis, porque el cliente se va a abrochar el cinturón y nosotros tenemos subida de precios en las bebidas e incrementos bestiales en las facturas de electricidad. No se pueden subir los precios, pero va a ser difícil mantenerse si las cosas no van bien. Hay que pagar muchos gastos fijos y la subida de todos los proveedores, y los locales se la están jugando. No pueden permitirse tener pinchazos en programación y hay que ir a lo seguro».
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