Multitudinaria manifestación en el centro de Madrid por la gestión de la sanidad pública
Los partidos y los movimientos de izquierda tratan de hacer suyas las reivindicaciones de parte de los profesionales sanitarios en relación a la Atención Primaria. Según datos de la Delegación de Gobierno, alrededor de 250.000 personas han asistido a la marcha
Pedro Almodóvar, protagonista en la manifestación por la sanidad pública en Madrid
Madrid es la región con mayor cobertura en Atención Primaria, según la Comunidad
A las doce de la mañana ha arrancado la manifestación a favor de la sanidad pública en la comunidad bajo el lema de «Madrid se levanta y exige sanidad pública y soluciones a la Atención Primaria». La protesta, conformada por cuatro columnas que han confluido en la plaza de Cibeles (una que ha partido de la plaza de España, otra del Hospital de la Princesa, otra de Legazpi y otra de Nuevos Ministerios) se estimaba numerosa a juzgar por las personas concentradas, por ejemplo, en el arranque de la plaza de España hacia la Gran Vía. Según datos de la Delegación de Gobierno, alrededor de 250.000 personas han asistido a la marcha.
La protesta, convocada o apoyada por más de setenta asociaciones o formaciones, viene no exenta de polémica y, para ello, hay que atender al contexto. Y el contexto es que mañana mismo está previsto que los médicos vuelvan a reunirse con el Gobierno madrileño, aunque en el ánimo de los presentes está el de lograr una movilización similar a la del pasado 13 de noviembre. Hay que añadir que el movimiento vecinal también se ha adherido a las marchas, aunque su convocatoria ha sido más temprana. A las 11.30 en la puerta del Ministerio de Agricultura. Misma hora a la que frente al jardín botánico, y bajo la proclama «Peques en defensa de la sanidad pública», se ha habilitado una suerte de ludoteca para que los niños, de alguna manera, aparezcan como las principales víctimas de las reivindicaciones de sus progenitores.

Más allá, PSOE, Más Madrid y Podemos se han unido a la jornada, teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones de mayo y la necesidad de las tres formaciones de liderar, o al menos de acompañar, las reivindicaciones de los galenos, que se ha convertido en el principal caballo de batalla contra la gestión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Las movilizaciones, que tienen previsto finalizar a las 15.00 aproximadamente afectarán a la circulación rodada en la ciudad. Principalmente, en la plaza de San Juan de la Cruz, paseo de la Castellana, paseo de Recoletos, Conde de Peñalver, Alcalá, plaza de la Independencia (Puerta de Alcalá), plaza de Legazpi, paseo de las Delicias, plaza del Emperador Carlos V, paseo del Prado, Gran Vía y plaza de Cibeles.
La columna de Plaza de España
En la columna que ha partido de plaza de España, se veían dos banderas de España en lontananza. La policía ha alertado a sus portadores, miembros de Vanguardia Española, de que tuvieran cuidado de no provocar al resto de la marcha. Una manifestante ha protestado afirmando a voz en grito que «esa bandera no pinta nada aquí».
Ricardo, uno de sus miembros, defiende «que el MIR sea igual en toda España y que la Atención Primaria esté a disposición de todos, sin distinción de regiones». Alguien les ha llamado «fascistas» con la boca pequeña mientras un agente ha templado gaitas y le pedía «ojo» a un compañero. Un poco más atrás, a un bongo con un lema contra las políticas machistas, le han colocado un corazón verde, símbolo de las protestas de hoy.

Un grupo de fisioterapeutas, «precarios», exhibe un QR gigante con sus quejas. Cerca, Sagrario, enfermera, que no quiere decir el nombre hasta que termine su discurso, ha defendido que es el médico de cabecera el nudo gordiano de la Sanidad Pública española, que ha defendido como puntera. Para Sagrario, la Atención Primaria es «el primer filtro» que evita los colapsos hospitalarios. Al frente de la organización de la marcha que ha salido rumbo a la Gran Vía, un voluntario no esconde un chaleco fluorescente de Podemos, con su círculo y todo. De la calle de Isabel la Católica se ha incorporado una suerte de dragón chino con forma de embutido, con la cara de Ayuso y unas fotocopias que rezan lo de «no hay pan para tanto chorizo». Estaban dando, entonces, las doce y siete minutos.
En el epicentro de todo, la plaza de Cibeles. La multitud. Multitud con bolso, multitud con batas, multitud con niños. Antes, poco antes, Pedro Almodóvar, siguiendo la tradición establecida hoy de dejar en la verja del Banco de España sus quejas sanitarias, ha confesado a ABC, mientras lo reconocían el común de los madrileños, «que no estaba solo por la Sanidad Pública de Madrid, también de toda España. Por supuesto». Entonces alguien aprovechaba para sacar más fotos en el Banco de España, hay que insistir, convertido hoy en el Muro de las Lamentaciones de los sanitarios y adláteres. Cierto es que a las 13.45 ya había quien había abandonado el mogollón frente al ayuntamiento. Sin embargo, muchos, ya con calvas en la asistencia, asistían al abigarrado escenario desde el que se abogaba porque en los centros médicos públicos la «interrupción del embarazo» se contemple «como un servicio más». Justo después, se ha abogado por una «educación sexual integrada» en dichos centros.
Laura y Fabiana, psiquiatra y anestesista, han llegado tarde pero les ha tocado en lo más profundo otra proclama de las muchas, y confusas, lanzadas por megafonía. La de que es necesario promover la «salud psicológica». A los pocos minutos ha sonado José Antonio Labordeta y su 'Canto a la libertad' entre un mareo de pañuelos blancos y mascarillas blancas, como en un San Fermín de los médicos; un 'Pobre de mí' para ir concluyendo el día y las cuatro march. Un 'ninot' de la presidenta ya visto, con la nariz exageradamente larga, ha estado enhiesto junto al escenario. Más allá del embrollo de las banderas de España en el arranque de Gran Vía desde Princesa, la jornada ha transcurrido sin incidentes, algo que ponderaba la doctora Araceli, con la bata exhibiendo su nombre; y el nombre difuso por la calidad de la tinta o el roce de toda manifestación.
Dos niñas, hijas de médico o afín, jugaban a la pelota en la calle de Alcalá. La mediana, como el mentado lateral del Banco de España, aparece cultivado de mensajes contra la sanidad privada. Muchos mensajes contra Ayuso, sí. No tantos como podría imaginarse.