Almeida declarará la guerra a las mafias de los grafiteros si continúa de alcalde
Promete trabajar con «especial hincapié» en la prevención de bandas latinas
Los tres fragmentos del Muro de Berlín que hay en Madrid y cuyas pintadas casi borraron por error, creyendo que eran grafitis

El regidor del Ayuntamiento de Madrid y candidato a las elecciones del 28M, José Luis Martínez-Almeida, prometió ayer que, en el caso de renovar el mandato tras los comicios de mayo, combatirá a las mafias de los grafiteros que operan en la capital.
Para ello pondrá en marcha una patrulla antigrafiti en el seno de la Policía Municipal para combatir la afección del espacio público de, para quienes el político, «no son artistas, son grafiteros». Se trata, alegó, de una de las prácticas que más afectan a la «convivencia, que más degradan la ciudad».
Esta declaración tuvo lugar en un evento junto a los cabezas de lista populares para las ciudades de Valencia, Barcelona y Alcalá de Henares. En este encuentro, se abordó qué operativas pueden llevarse a cabo en estas localidades en materia de seguridad ciudadana para los próximos años.
El alcalde de Madrid, anunció, asimismo, que, en el caso de ser reelegido, dará aprobación a una Ordenanza de Convivencia en la ciudad en la que se estipularán las normas básicas de civismo que deben regir en la urbe, con el consiguiente esfuerzo de que los vecinos conozcan el contenido de tal normativa.
Más allá, otra propuesta realizada por Almeida está vinculada al problema de la okupación de las viviendas y de la situación de indefensión en la que se encuentran sus propietarios. En este sentido apostó por «agilizar» todas aquellas medidas antiokupación del modo más expeditivo. Y no sólo eso, los dueños de las casas estarán exentos de abonar el IBI para combatir, precisamente, esa situación de desamparo. De igual modo, los okupas no podrán empadronarse en aquellas viviendas en las que residan ilegalmente.
Todo este paquete de promesas se inscribe dentro de la política de «tolerancia cero» respecto a cualquier comportamiento antisocial. Y en ello incluye «la okupación ilegal, la venta ambulante ilegal, los grafitis o los botellones» para garantizar «la mejor convivencia y la seguridad en las ciudades».
Son, en boca del primer edil, «recetas» que «no comparte la izquierda» pero que, sin embargo, garantizan «nuestra seguridad». En ello, abogó porque los consistorios gocen de mayores efectivos dentro de los agentes de seguridad municipal. La Ordenanza de Convivencia que prometió «pretende prevenir, regular y penalizar los comportamientos incívicos que afectan y alteran la normal vida».