El vuelo de las «cinco bolas de fuego» tuvo más problemas técnicos el día después
Ocho horas más tarde del aterrizaje forzoso, el avión fletado con destino a Düsseldorf no despegó a su hora por un «fallo en la bomba hidráulica»
El accidentado vuelo entre el aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez y Düsseldorf del pasado 1 de novienbre tuvo un conato de tensión solo unas horas después. Aún con el susto en el cuerpo por el aterrizaje forzoso y las cinco bolas de fuego que salieron del motor derecho, el despegue del segundo avión de Iberia no salió a la hora prevista por un «fallo en la bomba hidráulica» . Aunque la salida del segundo vuelo –IB0042— estaba programada para las 4.30 horas del día 2, no lo hizo hasta tres cuartos de horas después, ya sin muchos de los pasajeros, todavía más asustados.
Como ha informado ABC, el puente de Todos los Santos arrancó con miedo y nervios para la tripulación del vuelo de Iberia IB3134, con destino a la ciudad alemana. En torno a las 19.50 horas, el avión se puso en marcha pero cuando aún no se había levantado del suelo, se encendieron las luces de emergencia de la cabina naranja. A pesar de ello, según relatan testigos presenciales, siguió su curso debido a que ya había pasado la zona de perimetraje y alcanzado tal velocidad que no podía dar marcha atrás. « El avión se zarandeaba de un lado a otro . Cuando consiguió despegar, notamos dos grandes golpes», indica Julia, una de las 200 pasajeras.
«Tras los golpes, los pasajeros que estaban en el lado derecho del avión vieron cinco deflagraciones. Nosotros, en el izquierdo, sentimos un ruido horrible», continúa. Para entonces, el pánico ya se había apoderado de la tripulación. Informaron a las azafatas pero no obtuvieron respuesta. «Vimos salir cinco bolas de fuego. El motor se apagó pero continuó el despegue , ya que se había sobrepasado el punto de no retorno», indica A. M., otro testigo.
Protocolo de emergencias
La aeronave pasó media hora en el aire para poder soltar combustible y realizar un aterrizaje de emergencia y a las 20.30 horas tocó tierra de nuevo. Varias dotaciones de bomberos se desplazaron hasta la pista, un extremo que se activa en estos casos por prevención. «La máxima de la aviación es la seguridad, por eso se actuó y se declaró la alarma social, una denominación común cuando los comandantes detectan alguna anomalía», informan fuentes de AENA.
Pero el mal trago no terminó ahí. Con vuelo cancelado, Iberia facilitó a los pasajeros un hotel cerca del aeropuerto y fletó un segundo avión para las 4.15 horas. «No se pudo poner un avión antes porque el aeropuerto de Düsseldorf cierra a las 23.00 horas. Programamos uno para que estuvieran en su destino en cuanto abriese», explican a este diario desde la compañía aérea.
Aunque llegó a moverse, la aeronave no despegó a su hora por un «fallo en la bomba hidráulica» y regresó a la terminal. Se detectó el fallo técnico: «Se hicieron las comprobaciones oportunas y el vuelo quedó listo para despegar a las 05.15 horas». «Con el primer susto y después de que informasen del nuevo incidente, no nos la queríamos jugar. Algunos pasajeros pedimos bajar del avión», afirman algunos de los afectados que se quedaron en tierra . Finalmente, el avión llegó a Düsseldorf a las ocho de la mañana.
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