Virgen de Atocha: la imagen negra que vino de Antioquía y es la más antigua de Madrid
Es una de las tallas históricamente más veneradas en la ciudad y se le achacan muchos milagros
La polémica política ha traído a la actualidad una de las imágenes más antiguas y más queridas de Madrid: la de la Virgen de Atocha, la Virgen negra que vino de Antioquía y cuyo nombre se relaciona tanto con este origen como con los espartales -atochales- que crecían por la zona donde se situó inicialmente su culto, tan antiguo como el recuerdo de la Villa y Corte.
Esta Virgen, una pequeña talla de madera muy oscura, sentada en un trono bajo sin respaldo, que sostiene a un niño al que ofrece una manzana, es tal vez la más antigua de Madrid: la leyenda dice que fue realizada por Nicodemo con intervención de San Lucas, siendo trasladada por los discípulos de San Pedro desde Antioquía hasta España . Los primeros datos ciertos hacen referencia a un escrito del siglo VII, de San Ildefonso, en el que éste asegura haber rezado ante una imagen que, por sus características, se corresponden con Nuestra Señora de Atocha.
A la Virgen de Atocha le rondan, desde siempre, historias fantásticas, y se la relaciona con numerosos milagros. Como el ocurrido al caballero Gracían Ramírez , un alcaide madrileño del siglo VIII y gran devoto de esta imagen, a la que rezaba con frecuencia en la ermita donde se encontraba, a orillas del Manzanares. Un día, al entrar, se dio cuenta de que la imagen había desaparecido; comenzó a buscarla y la encontró en el lugar donde quiso entonces construir una iglesia, y estaría hoy la Basílica con su nombre.
Pero al construir allí la iglesia, los musulmanes que entonces ocupaban Madrid pensaron que lo que levantaba era una fortaleza, y lo atacaron. Como la batalla parecía perdida para los cristianos, la mujer y la hija de Gracián se quitaron la vida antes que caer en manos enemigas. La batalla, sin embargo, terminaron venciéndola los cristianos. Gracián Ramírez acudió entonces ante la imagen, a llorar la muerte de su familia, y se encontró allí a su esposa y su hija vivas y sanas.
Hasta San Isidro, aseguran los cronistas, iba a orar ante la Virgen de Atocha antes de ir a trabajar. En la página web de la Real Basílica se relaciona a esta con el milagro que salvó la vida del hijo de San Isidro y Santa María de la Cabeza, que cayó a un pozo de donde no podían sacarlo, y tras invocar el patrón de Madrid a la Virgen negra, el agua subió de nivel hasta que se pudo sacar al niño.
Curaciones
Las Cántigas de Alfonso X el Sabio , en el siglo XIII, mencionan también los milagros de Nuestra Señora “de Tocha”, de “Madride”. En ellas, cuenta el milagro de un labrador que no iba a misa los domingos, como manda la doctrina, y un día amaneció con las manos agarrotadas y sin poder abrirlas, de lo que se curó cuando acudió a la Virgen. En la segunda, el milagro se produce sobre un niño que se atragantó con una espiga , y cuya madre lo llevó ante la imagen, que lo salvó.
La ligazón entre la Virgen de Atocha y Madrid viene de antiguo, relatan en la web de la Real Basílica que lleva su nombre. Incluso señalan que la ciudad recurría a ella en los momentos difíciles: en la peste de 1580, cuando sacaron durante días en procesión a la imagen, hasta que la enfermedad remitió. Y en julio de 1631, cuando un terrible incendio asoló manzanas enteras en torno a la Plaza Mayor, también se llevó en procesión a la Virgen de Atocha.
Los frailes dominicos son los custodios de la imagen de la Virgen de Atocha desde 1523. Siempre ha existido una estrecha relación entre la Casa Real y la imagen de Nuestra Señora de Atocha, que no ha parado hasta nuestros días: los actuales monarcas la visitaron el día de su boda para entregarle el ramo de novia, y acudieron también a presentar a la heredera al trono, la princesa Leonor, tras su nacimiento.
Noticias relacionadas