Tetuán
Los vídeos del infierno en el Barrio Latino: «Aquí la vida vale muy poco»
El puzle que conforman calles como la de Topete, Carnicer, Almansa, Juan Pantoja o Jerónima Llorente se ha convertido en un degradante foco de delincuencia
Siete de la mañana. Dos mujeres se pelean a las puertas del bar Azúcar Billar Drink, en la zona más caliente del conocido como Barrio Latino . Desde hace tiempo, el puzle que conforman calles como la de Topete, Carnicer, Almansa, Juan Pantoja o Jerónima Llorente ha convertido a este enclave, en el corazón del distrito de Tetuán, en un degradante foco de delincuencia .
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Pese a la fuerte presencia policial, los pandilleros campan a sus anchas sabedores de que, en la gran mayoría de casos, más pronto que tarde regresan a su territorio. «Los vecinos estamos desesperados. El ruido, los gritos y las broncas son ya una parte más con la que debemos convivir a la fuerza», apuntaba esta semana una mujer, residente en un bloque cercano.
También, en la misma puerta del Azúcar Billar Drink -que junto al bar contiguo El Caracaol tienen el dudoso honor de ser los más conflictivos-, asesinaron en enero a Alexander del Villar Reinoso, alias «Velo Velo» , un dominicano de 24 años y líder «trinitario». Sobre las 7.30 horas, con la zona hecha un hervidero de dominicanos apurando los últimos tragos, dos miembros de los Dominican Don´t Play , con los que mantienen una lucha encarnizada por el control del barrio, entraron en el establecimiento y le dispararon siete u ocho veces. Varios proyectiles no dieron en el blanco, pero dos reventaron a «Velo Velo»: uno le afectó al hemitórax derecho y otro dio de lleno en su muslo izquierdo.
«Al principio no sabíamos que pasaba, pero ya cuando nos asomamos al balcón vimos a un chico tirado en el suelo, mientras un policía le practicaba maniobras de reanimación», indicaba una vecina, horas después del suceso. Aquello no era el primer conato de caza sobre el «Velo Velo». «La semana anterior ya le pegaron dos tiros en el parquecito de ahí arriba», mascullaban entonces en su entorno, conscientes del trágico desenlace: «Esta vez no fallaron». El «parquecito» en cuestión es, en realidad, la plaza del poeta Leopoldo de Luis, zona de reunión de los «trinitarios» más jóvenes.
También el trapicheo y consumo de drogas está a la orden del día, tanto en la calle y locales de ocio como en viviendas. La falta de iluminación en la calle de Tenerife, a espaldas de Topete, «ampara» a los toxicómanos, ávidos de meterse su dosis. «No es normal ver a gente tirada, con el papel de plata al lado», señala un hombre. El consumo de crack -a 10 euros el gramo, el más barato de Madrid- y el de hachís son también otras prácticas frecuentes.
«Para algunos, aquí la vida vale muy poco», reseña María José Andrés, vecina de Topete y la persona que más amenazas ha sufrido en los últimos meses. « He puesto un montón de denuncias . Ya no puedo más», señala. También ha acudido al Pleno de Tetuán en reiteradas ocasiones. Allí, en nombre de un numeroso grupo vecinal, ha pedido con vehemencia el refuerzo en materia de seguridad, necesario para poner fin a esta descontrolada situación. El Ayuntamiento inició esta primavera el procedimiento para la instalación de cámaras de videovigilancia en el barrio.