La vida regresa con limitaciones a los gimnasios de deportes de combate: «Nos urge retomar el contacto»

Estas salas centran sus clases en el trabajo individual y técnico en la fase 2, dentro de unas cuadrículas señaladas en el suelo con cinta para cumplir el distanciamiento. Desinfectan las superficies a fondo entre las sesiones, limitadas a 45 minutos

FOTO: ISABEL PERMUY / VÍDEO: FERNANDO SÁNCHEZ
Álvaro G. Colmenero

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Transitando por la calle de Miguel Yuste, en el distrito de San Blas-Canillejas, un letrero llama la atención por su colorido: «MadSport Academy» , reza el distintivo. La puerta luce abierta de par en par, para introducirse sin la necesidad de entrar en contacto con el tirador. En la entrada, espera un trabajador al otro lado del mostrador, con un muro levantado en forma de mampara de plástico . El griterío de varios atletas resuena en una amplia sala de crossfit, una actividad en auge que gana adeptos a pasos agigantados. En una parcela paralela, varios practicantes de artes marciales mixtas lanzan golpes aire, cada uno en una cuadrícula de 3x3 metros marcada con una cinta americana en el suelo. Son puñetazos de alivio que claman volver a la normalidad que un virus les ha arrebatado . Estamos en la recta final de la fase 2 de la desescalada y los gimnasios madrileños han vuelto a cobrar vida.

En la primera fase decretada en el estado de alarma, estas salas deportivas, especializadas en deportes de contacto, solo podían trabajar con entrenamientos personales individuales, siempre bajo cita previa. Ahora, los practicantes y luchadores de boxeo, kick boxing o artes marciales mixtas (MMA) han vuelto a verse las caras, aunque los abrazos han quedado relegados al futuro . «El trabajo en fase 2 está siendo fácil porque es traspasar al tatami unas clases que durante el confinamiento dábamos “online”, diseñadas para hacer un trabajo físico y técnico específico individual , en cuatro metros cuadrados», explica a ABC Israel Adrados , entrenador principal del equipo de competición de MMA Circus Arena, que tiene su base de operaciones en un MadSport Academy que renace al 30% de su aforo.

La clase de MMA es individual y se guarda la distancia mediante cuadrículas Isabel Permuy

En esta segunda fase se han reforzado las medidas de seguridad para evitar lo máximo posible la exposición a los agentes patógenos. «Nuestro tatami se ha dividido en cuadrículas de casi 3x3, un poco más grandes de lo exigido por Sanidad, para que los alumnos no se salgan de su zona. Las clases se reservan a través de una aplicación que tenemos. Todo el mundo tiene que dejar su calzado en una bolsa cuando entra en el gimnasio , también hay dispensadores de gel hidroalcohólico en la entrada y en el vestuario, aunque no se pueden utilizar las tomas de agua ni se pueden duchar. Y, por supuesto, además de la desinfección diaria general, después de cada clase, que son de 45 minutos, se desinfectan todas las superficies », cuenta Adrados sobre su «modus operandi». Sus alumnos, dice, «están ansiosos por tener contacto pleno lo antes posible», pero tendrán que esperar.

A partir de este domingo desaparecerá el estado de alarma y las restricciones sanitarias pasarán a ser gestionadas por la Comunidad. En el nuevo protocolo regional, el aforo de los gimnasios llegará al 60% –un máximo de 20 personas– y, desde el 6 de julio, será del 75% –un máximo de 25 personas–. Sin embargo, continuará sin estar permitido el contacto en unos deportes cuya idiosincrasia exige tenerlo .

«Seguimos siendo los grandes olvidados. No entiendo por qué puede haber quince amigos juntos en una terraza bebiendo y en mi gimnasio de 400 metros cuadrados no podíamos atender en la fase 1 a más de una persona y ahora lo tenemos al tercio del aforo. Es incomprensible», lamenta el director técnico del gimnasio Santa Dolores de Pozuelo, Pablo Ortín . En este club, tratan de aplicar una imagen de seguridad a toda costa, pues la población todavía se encuentra temerosa de regresar a las actividades deportivas. «En nuestro gimnasio vamos a seguir haciendo las clases con grupos reducidos para tener un club libre de Covid-19. Nuestro objetivo es que la gente se sienta segura entrenando », apunta Ortín. También trae a colación el agravio comparativo si se toma como referencia al deporte rey. «Nosotros no podemos, como deportistas profesionales, hacer entrenamientos con contacto y los jugadores de fútbol están ya en marcha dándose abrazos. Parece que solo los que tienen dinero son los que pueden tener contacto ... ¡Nosotros somos igual de deportistas profesionales! Y siempre cumplimos con las medidas de seguridad», se queja.

Israel Adrados da indicaciones a uno de sus alumnos, durante la sesión de MMA Isabel Permuy

El regreso de los alumnos al tatami no es un asunto puramente económico. Muchos de ellos, especialmente los menores, se encuentran en una situación social desventajosa, por lo que estas salas deportivas actúan para ellos como una balanza en un contexto de desamparo. «Nos urge poder incorporar el contacto a nuestra actividad, siempre respetando las medidas de seguridad, puesto que para muchos niños el gimnasio es una vía de escape , el lugar donde encuentran cobijo y con estas limitaciones esta situación es insostenible», sentencia David Balarezo, que capitanea el Kyofu desde hace 15 años, una institución de las artes marciales que inculca valores deportivos desde 1969.

Los plazos para que regrese el contacto están aún en el aire, a la espera de una nueva indicación del Ministerio de Sanidad. «Los profesionales de la instalación mantendrán la distancia de, al menos, 1,5 metros con el usuario y las actividades de contacto como boxeo o artes marciales se programarán evitando los ejercicios que conlleven contacto hasta su completa normalización en función de las indicaciones de las autoridades sanitarias competentes», detallaron fuentes de la Consejería de Deportes a ABC.

Los gimnasios madrileños celebran haber vuelto a la vida, pero vislumbran un horizonte repleto de incógnitas, que solo la evolución de un enemigo invisible podrá dilucidar con el paso del tiempo. Ellos, mientras tanto, continuarán luchando contra las adversidades. Al final y al cabo, su mundo consiste en hacerlo cada día.

Los practicantes de deportes de contacto han vuelto enfundarse los guantes Isabel Permuy

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