Las Vegas en el World Series of Poker
Manuel Bermejo, un joven parleño logra clasificarse para el torneo de póker más importante del mundo
Gano un concurso con el que le pagan el vuelo a Las Vegas, el hotel y el precio para participar en la competición: 10.000 dólares. El premio final asciende a 8 millones de euros
Manuel Bermejo Barco , un joven de 29 años, será el primer parleño en participar en el World Series of Poker , el torneo de póker más importante del mundo, que se está disputando estos días en Las Vegas y hasta el próximo 18 de julio. Manuel empezó en el mundo del póker como el último de su grupo de amigos en aficionarse a este juego de cartas: «Jugaban entre ellos pequeñas partidas en las que apenas se ponían dos o tres euros cada uno. Pasaban muchas horas y se divertían. Yo lo había visto alguna vez en la tele, y había visto que mueve cantidades muy grandes de dinero. Así que me puse a jugar con ellos partidas de céntimos , sin apenas nivel».
Y tras esas primeras partidas de amigos, con sólo céntimos en juego, Manuel decidió «empezar a indagar, empezar a estudiar». «Y me di cuenta de que si estudias y consigues ser mejor que tus rivales, a la larga vas a ganar dinero con el póker», asegura. Actualmente, este joven parleño ha alcanzado un nivel sobresaliente en este mundillo del póker. «Porque he jugado muchísimo y he estudiado un montón. He estado en escuelas de póker donde me han formado muy buenos jugadores», explica convencido.
Juga hasta 14 partidas a la vez
Manuel se ha formado en EducaPoker, una escuela española fundada por un conocido jugador profesional de póker, el valenciano Raúl Mestre. La mayoría de los torneos en los que participa Manuel son online, y el mejor ejemplo de su pericia en este juego es que llega a disputar «entre doce y catorce partidas a la vez».
«Si vas a un casino, entre el desplazamiento y que sólo juegas una partida, no es rentable. El póker es un juego en el que ganar es fácil entre comillas. Pero la clave no es sólo ser mejor que tus rivales, sino que también hay que jugar muchas partidas para minimizar la mala suerte. Si tiras una moneda, es 50% cara y 50% cruz . Pero en el póker, para que los porcentajes de jugadas ganadoras se cumplan, hay que hacer un millón de tiradas. Cuanto más juegas, más posibilidades tienes de ganar. Porque incluso el mejor jugador de póker, en un torneo le pueden eliminar el primero», argumenta.
Por ello, en casa cuenta con dos monitores de 24 pulgadas cada uno para sus partidas: «Uno lo utilizo para poner las mesas de las partidas y el otro lo tengo de apoyo, con muchos programas de estadísticas que a los jugadores de póker nos ayudan a tomar las decisiones correctas».
Para llegar al World Series of Poker tuvo que ganar dos torneos previos. «Un pequeño torneo que me costó 30 euros y con el que dabas el salto a otro que costaba 250 euros. Gané los dos. El de 250 euros éramos 50 jugadores y el ganador obtenía este paquete».
Ocho millones de dólares para el ganador
Un paquete para el ganador que incluye el vuelo a Las Vegas, el hotel y el precio para participar en el torneo: 10.000 dólares. Allí va a competir con casi 8.000 jugadores de todo el mundo . Para entrar en premios y poder cobrar alguna cuantía, hay que quedar entre los mil primeros. Para ellos, el premio más bajo son 15.000 dólares. Si alcanzase el primer premio como ganador, estaríamos hablando de casi ocho millones de dólares (Casi nueve millones de euros. Unos 1.500 millones de las antiguas pesetas…).
Si llegase a la mesa final, con los nueve finalistas, tendría que estar en Las Vegas hasta el 18 de julio. Ahí, la partida se corta y esa mesa final se disputaría en el mes de noviembre. « Si llegara a la gran final tendría que volver en noviembre . Tendría un millón de dólares garantizado y podría luchar por el primer premio y por el brazalete. En Estados Unidos el póker mueve muchísimo, tiene muchos seguidores en televisión y lo compra la ESPN y lo retransmite como acontecimiento con muchos seguidores», relata Manuel dejando volar su imaginación.
«En España no se puede vivir del póker»
Sin embargo, Manuel asegura que en España no se puede vivir del póker: «En España es muy complicado porque la ley ahoga mucho al jugador y a los operadores. Vivir del póker en España, realmente es una utopía. Tienes que huir a otros países que tengan un mercado abierto y una legislación no tan dura con el póker para que realmente sea rentable. Aquí en España tributas en torno al 50% de tus ganancias anuales. Y si pierdes, nadie te compensa las pérdidas. Es decir, tú puedes ganar en 2015, 100.000 euros y tienes que tributar la mitad. Y si el año siguiente pierdes 50.000 euros, no tienes ningún tipo de subvención ni nada».
Manuel es tasador de coches de profesión, y el año pasado no dedicó todo el tiempo que le habría gustado al póker. Pese a ello, alcanzó unas ganancias de casi 15.000 euros, de las cuales Hacienda se quedó más de 5.000. «Cuando son premios superiores a 90.000 euros, la retención de Hacienda ronda el 50%. Cuando ganas menos de 90.000 al año con el póker, como fue mi caso el año pasado, te retienen un 38%», detalla.
Este año, Manuel se está dedicando mucho más a fondo a este juego de naipes. «Estoy robando horas a mi tiempo libre y a mi descanso. Yo tengo un trabajo de diez horas diarias y desde marzo estoy sacando de seis a ocho horas diarias, unos cuatro días a la semana. Teniendo un trabajo es complicado, aparte de que es un juego que exige mucha concentración. Un error es perder dinero. No es como el baloncesto, que si fallas una canasta no pasa nada. Hay que jugar con la mayor concentración y en la mejor forma mental y física. Son sesiones muy largas y aunque estés sentado, mantener la concentración tantas horas es muy complicado», explica Manuel.
Por ello, con la mejor concentración y la mayor de las ilusiones del mundo, Manuel afronta la cita de Las Vegas sin renunciar a nada, pero con los pies en el suelo. «Esperar puedes esperar que te eliminen pronto y no entres en premios o llegar a ser campeón del mundo», señala. El World Series of Poker ya está en marcha. Las cartas decidirán, pero Manuel va dispuesto a jugarse el all-in («Todo dentro». Apostarlo todo).