Madrid/Universidad

El último cante de Camarón... y el «primero» de Luz Casal

El San Juan Evangelista, un templo de la cultura, el arte, la política y la libertad

MARÍA ISABEL SERRANO

Música, teatro, arte, danza, política ... en el franquismo, en la Transición, en la democracia. El «Johnny» es –así, en tiempo presente–, un referente estudiantil y cultural , canalla y reivindicativo. Aquí han pasado muchas cosas. Camarón, acompañado de Tomatito, cantó por última vez antes de su muerte. Y Luz Casal , todavía con un cabello corto y débil, repareció en sus tablas tras un cáncer.

El «Johnny» es mucho «Johnny». Todos recuerdan su corral de comedias, su Club de Música y de Jazz –con personalidad jurídica propia– y sus memorables veladas de flamenco del bueno. Fueron más de cuatro décadas de «buen género» a precios asequibles, cuando no gratis. Para estudiantes y gente con poca «tela» en el bolsillo.

Por aquí pasaron Els Joglars, Bebo Valdés y Enrique Morente , entre otros muchos. Aquí, uno de sus excolegiales, Juan Cuesta, tuvo que recaudar 20.000 pesetas entre el público para pagar, en 1975, a Triana , el popular grupo de rock flamenco. En el San Juan Evangelista, Xosé Alfonso cantó su «Grandola, Vila Morena » días antes de que la canción, transmitida por radio, fuera la señal para el comienzo de la Revolución de los Claveles (25 de abril, 1974), en Portugal.

Referente de la libertad , en el «Johnny» ha permanecido escondida hasta ayer –que la rescató la Policía–, una vieja máquina multicopista llamada «la vietnamita» con la que se imprimían panfletos durante el franquismo.

El último cante de Camarón... y el «primero» de Luz Casal

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