Curiosidades de Madrid

Los trece ángeles del Dos de Mayo: las víctimas más débiles de Napoleón

Durante el levantamiento de Madrid contra los invasores en 1808, las balas de los franceses arrebataron la vida a varios niños. Aquí tienes su desconocida historia

Muchachos jugando a soldados, cuadro de Goya ABC
Adrián Delgado

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Alfonso Esperanza Reluz tenía 11 años el día que encontró la muerte. Madrileño de nacimiento, fue herido en la refriega de la calle Toledo contra los franceses el Dos de Mayo de 1808 . Malherido junto a la iglesia de San Isidro, murió en el Hospital de la Latina donde fue trasladado sin ninguna esperanza. Sus restos descansan bajo las pesadas piedras de la parroquia de San Millán. Su historia, desconocida como la de la mayoría de niños y adolescentes –a excepción de Manuela Malasaña – que cayeron durante el levantamiento, fue la desgraciada consecuencia de una batalla feroz en la que los franceses no tuvieron miramientos a la hora de cobrarse su venganza.

Antonio Fernández Menchirón no era madrileño sino gaditano. Tenía 12 años y resultó herido de gravedad en la calle de Leganitos. Su pequeño pero valiente cuerpo resistió con vida hasta el 18 de agosto de 1808. Su hermano, mayor de edad, murió en la defensa de Madrid en diciembre de ese mismo año.

No todos fueron heridos en refriegas. A Esteban Castarrera y Barrio la muerte fue a buscarlo a su propia casa. Con nueve años vio como los franceses ultrajaban el domicilio de sus padres en la calle de Mira al Río, esquina a la del Carnero. Murió nueve días después tal y como reza la partida de defunción de la Parroquia de San Millán.

El hijo del alcalde de Madrid

De la escabechina francesa no se libró ni el hijo pequeño del que era el alcalde de Madrid en 1808, Tomás de Casanova. Se llamaba José de Casanova y Peirona y fue herido de bala en el balcón de su casa de la calle del Espejo. La misma bala hirió a su hermana Catalina. Se desconoce su edad exacta. Murió el día 12 y fue enterrado en secreto. Su padre no soportó lo vivido durante aquellas intensas jornadas de mayo y huyó de Madrid dejando su Alcaldía.

En la calle Carretas, los vecinos del centro vieron otra infame agresión. José del Cerro , de diez años, corría cuando fue herido por dos balas: una en un muslo y otra en un brazo. Cayó muy cerca de la Real Casa de Correos donde se celebra cada dos de Mayo un desfile militar en honor a los héroes de aquella sangrienta jornada . Tardó en morir meses hasta que su vida se apagó el 28 de agosto de 1808. En la misma calle, José Gacio Cristóbal , de once años y natural de Madrid, murió en el acto de un certero balazo.

Ante los ojos de una desesperada madre

Decidido a dar su vida por Madrid, José Mamerto Amador y Álvarez de la Puerta siguió a sus hermanos Antonio y Manuel al combate del parque de artillería de Monteleón, donde hoy se encuentra la plaza del Dos de Mayo. A su corta edad –11 años– recibió un mortal balazo en el mismo enclave que defendían los héroes Daoíz y Velarde.

El Dos de Mayo, pintado por Sorolla ABC

Doce años tenía en aquel mayo de 1808 Manuel Núñez y Gascón . Su muerte fue «atroz» según el relato del historiador Juan Pérez de Guzmán y Gallo. «Fue muerto atrozmente por un soldado de las tropas del enemigo en las inmediaciones de Palacio, casi a las puertas de Santa María de la Almudena y en presencia de su desventurada madre, que lo veía desde un balcón de su casa en la calle de este nombre», relata el citado autor en su obra de 1908 sobre la lista de los muertos, heridos y extraviados durante el levantamiento.

Cinco niñas entre las víctimas

En el listado de muertos de los heroicos actos del Dos de Mayo aparecen los nombres de cinco niñas: Clara Michel y Cacervi , de nueve años; Luisa García Muñoz , de siete; Manuela Aramayona y Ceide , de doce; Marcelina Izquierdo y Galindo , de nueve años; y Manuela Fernández Cancela . La primera fue herida en el propio domicilio paterno, en la calle de los Milaneses, y murió el 3 de julio. Está enterrada en el cementerio de la parroquia de Santiago. La segunda recibió un balazo en el balcón de su casa en la calle del Rubio y murió el 27 de julio. La tercera resultó herida en el asalto a su domicilio de la calle del Tesoro y murió el 19 de junio. La cuarta fue herida en el hogar de sus padres, en la calle de la Inquisición, y murió el 21 de junio. La última ayudaba en la batalla del parque de artillería de Monteleón cuando le alcanzó una bala. Retirada a su casa en la calle de San Vicente Vieja, murió el día 16 de mayo.

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