REPORTAJE AUDIOVISUAL
Así trabajan los perros de las Fuerzas de Seguridad del Estado
Los animales son entrenados diariamente para que detecten desde explosivos, a cuerpos humanos sumergidos en el agua
Si pudieramos medir en centímetros la capacidad olfativa de cualquier ser humano apenas ocuparía cinco centímetros cuadrados. En el caso de los perros, se necesitaría una sábana de más de 150 centímetros. Las Fuerzas de Seguridad utilizan esta cualidad de los canes para la seguridad de todos los ciudadanos. Pero, para aprovecharla, se necesita de un cuidado diario, un trato cercano y un entrenamiento meticuloso desde que son unos cachorros.
«No utilizamos una raza específica, cualquier perro, si es entrenado, pude ayudar a detectar droga, explosivos o a encontrar cuerpos atrapados por toneladas de escombros », afirma Antonio Sánchez, que desde hace dos décadas es guía de perros detectores de drogas y explosivos.
Competición por la excelencia
En uno de los pulmones de Madrid, El Pardo, se encuentra la Escuela Canina de la Guardia Civil, donde los ladridos se mezclan con los nervios de los agentes de la Benemérita , la Unidad Militar de Emergencias (UME) y la Guardia Real. Hace una semana se celebró allí la competición anual en la que se miden tantas horas de entrenamiento, esfuerzo y dedicación de adiestradores y animales.
Entre los pinos ya escarchados de este enclave privilegiado, los agentes y sus fieles compañeros inician pruebas de obediencia, detección de drogas y explosivos, detección de vidas humanas en una catástrofe y seguridad ciudadana, como le mostramos en el vídeo.
Y una vez acabada la competición, vuelven a su rutina en los aeropuertos, en las calles de su ciudad o, incluso, en catástrofes alrededor del mundo. Porque la élite canina «está a nuestro servicio», sentencia Antonio Sánchez.