La tienda que diseñó el sello con el que el Rey Felipe VI firma los títulos universitarios

Grabados San Martín inventó también un escudo para las Embajadas y Consulados de España por todo el mundo

Mauricio San Martín está al frente del negocio que comenzó su abuelo BELÉN RODRIGO

BELÉN RODRIGO

En los años 90, el ministerio de Exteriores lanzó un concurso para la realización de los escudos que se colocarían en toda la red de Embajadas y Consulados . Un joven Mauricio San Martín tuvo que convencer a su padre para saltarse las normas del concurso y presentar un diseño diferente. Gustó tanto en el ministerio que anularon la convocatoria y creron una nueva para poder elegir el modelo presentado por San Martín. «Yo quería hacer algo diferente, pero no fue fácil, mi padre decía que iba a gastar mucho dinero y no me iban a elegir porque era muy diferente a lo que querían. La presenté el último día y a última hora», recuerda Mauricio San Martín, al frente de la tienda de grabados que lleva el apellido de su familia, situada en la calle de Las Fuentes número 7. El modelo original se conserva en la tienda. Es un escudo hecho en latón, formado por cuatro piezas. «Supuso mucho trabajo, realizamos unos 500 », explica. Fue un buen negocio aunque acabó por no fidelizar al cliente y no se entregaron las diez últimas unidades. «Para abaratar el coste me pidieron que cambiase el sistema de anclaje, usar algo más barato. Pero yo me negué porque el anclaje elegido garantizaba que el escudo quedase bien sujeto en el mástil de la bandera. Era un tema de seguridad. Si lo cambiaba y se caía el escudo encima de la cabeza del Rey o del presidente del Gobierno, ¿de quién sería la responsabilidad? Mía no», aclara.

El escudo para las Embajadas y Consulados creado por Mauricio San Martín BELÉN RODRIGO

En Grabados San Martín también se realizan muchos encargos para la Casa Real , como los sellos en relieve con los que el monarca Felipe VI firma el título universitario de los españoles, tal y como hacía el rey Don Juan Carlos.«Saben que lo hago bien», afirma Mauricio. Y es que prácticamente es el único que mantiene la fabricación tradicional de sellos de caucho y el grabado artesanal aunque estas técnicas conviven con la última tecnología en los ordenadores, grabados láser y fabricación electrónica de sellos . Aprendió de pequeño con su padre y su abuelo a ser cajista (trabajar con el chibalete) y grabar con buriles. «Ahora las técnicas las hacen las máquinas pero es muy importante retocar y entregárselo bien a los cliente», explica el responsable del local.

Fundado en 1874

Ya antes de la familia San Martín existía la tienda de grabados. Concretamente desde 1874, con Luis Rubio como grabador de metales y fabricante de sellos en caucho. Después le relevó Francisco Llorente hasta 1916 , fecha en la que se hizo con el negocio Román Fernández Rojo . Siguió con los grabados y amplió los servicios con la fabricación de marchamos y precintos, rótulos esmaltados y vendiendo artículos de su oficio. Mauricio San Martín (abuelo del actual propietario) fue el socio de Fernández Rojo hasta que se quedó con el negocio en solitario . Durante la Guerra Civil él y su mujer, su hijo y su nuera dormían en la trastienda, «estaban más seguros que en casa, en la Calle del Pez». La segunda y la tercera generación trabajaron muchos años juntos. «Yo empecé a ayudar desde muy joven y estando en la universidad me vine porque mi padre se puso enfermo», cuenta Mauricio quien ahora trabaja solo en el espacio en el que ya tuvieron a cinco empleados. Hace unos años optó por modernizar toda la maquinaria para poder realizar todo tipo de pedios. Aunque en el espacio se conserva un chibalete , el mueble en el que se encuentran las letras, una presa para vulcanizar caucho que todavía hoy se utiliza, y el antiguo catálogo de Richard Gans. «Me han ofrecido mucho dinero por él pero no lo vendo», afirma tajantemente Mauricio. En dicho catálogo se pueden ver más de 3.000 sellos, ya sean oficiales, religiosos, militares y regionales. «A veces coinciden aquí masones y católicos buscando sus respectivos sellos», cuenta como anécdota Mauricio.

El antiguo chibalete se conserva en la tienda BELÉN RODRIGO

Son muchos los pedidos extraños que llegan a esta tienda, como los que le llegan de un hombre que tiene un sex shop. «Mientras paguen y sea legal, lo hago, aunque hay cosas realmente raras», explica el dueño. «Ya me he negado a hacer un sello ilegal que me pedía un inmigrante, con la imagen de Guardia Civil o de la Policía. Eso no», afirma. A Mauricio lo que más le gusta es hacer sellos de metal que pueden llegar a tardar en terminarse un día entero.¿Es un oficio difícil? « Tiene sus secretos . Hay que conocer bien las brocas, saber cuál es para cada trabajo, el ángulo, la profundidad. Según lo que pida el cliente hay muchas variedades» También realiza grabaciones en madera. Trabajan con distintas empresas y con muchos clientes particulares. «Me piden muchas placas para colegios profesionales, gestores, comunidad de propietarios..», pone como ejemplos Mauricio. Y ahora está de moda que los restaurantes tengan su propio sello para poner en la carne.

De momento no sabe si alguien seguirá sus pasos y continuará con el negocio. Su hija está en la universidad y es pronto para predecir lo que hará con la tienda. Tampoco se ve como profesor enseñando sus conocimientos. Por ahora la principal preocupación es mantener el negocio familiar y que todos sus clientes sigan igual de satisfechos .

Fachada de la tienda de grabados en la calle de las Fuentes número 7 BELÉN RODRIGO

La tienda que diseñó el sello con el que el Rey Felipe VI firma los títulos universitarios

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