MAPA INTERACTIVO
Terrazas Covid: las 31 nuevas «zonas saturadas» protegen Olavide pero excluyen Ponzano
El Ayuntamiento identifica 87 tramos de calles como tensionados y revoca las licencias de 62 veladores Covid
En la vía más bulliciosa de Chamberí se reducirá el 80% de las mesas y sillas hasta que se amplíen sus aceras
Dos meses después de la entrada en vigor de la ordenanza de terrazas, la capital tiene un nuevo mapa. Las denominadas «zonas saturadas», una figura anunciada por la vicealcaldesa Begoña Villacís (Cs) para aplacar el conflicto vecinal generado por la proliferación de veladores, ya están definidas. Al menos, algunas de ellas. El Ayuntamiento de Madrid ha blindado 31 zonas que marcan 87 tramos de calles tan bulliciosas como Juan Bravo, Sáinz de Baranda o la plaza de Olavide, puntos en los que se borrarán sus 62 terrazas Covid sobre bandas de aparcamiento. Sin embargo, la calle de Ponzano, en el ojo del huracán desde hace dos años, ha esquivado la restricción.
El tártaro vecinal y escenario del rechazo al ocio nocturno ha pasado a un segundo plano. El mapa presentado ayer por Villacís muestra tres colores: el verde es para las 31 zonas saturadas «definitivas», el naranja perfila otras 22 todavía «en estudio» y el azul se ha reservado para Ponzano, la única «en proceso de adaptación». El edil Javier Ramírez (PP), concejal presidente de Chamberí -distrito que duplicó el número de terrazas a partir de la crisis sanitaria-, ha propuesto retirar de la calle el 80% de las mesas, en cada una de las terrazas y de forma equitativa.
Por un lado, porque Ponzano pertenece a una Zona Ambientalmente Protegida (ZAP), en las que la nueva ordenanza estipula que las terrazas no pueden ocupar más del 40% del espacio público ; por otro, porque una parte de la vía se va a transformar, con aceras más amplias, entre las calles de Santa Engracia y Ríos Rosas. Detrás de esta «medida excepcional y transitoria», en palabras de Villacís, que afecta a 45 terrazas y arrancará la próxima semana, no hay más detalles. «Presentar una actuación ahora realmente no tiene mucho sentido porque van a empezar las obras», precisó ayer la vicealcaldesa.
Lo único seguro es que, en tanto que los trabajos eliminarán asfalto y plazas de aparcamiento , desaparecerán las terrazas que las ocupen. Ponzano, que el primer borrador de la ordenanza planteaba libre de terrazas Covid por encontrarse dentro de una ZAP , donde se realizan mediciones desde hace meses para elevar su calificación a Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE), continúa abierta a la hostelería. Y olvida el «equilibrio» tan proclamado por Villacís para garantizar la convivencia en el barrio.
Críticas en Chamberí
«Los vecinos estamos convencidos de que con Ponzano es un ensañamiento, ya hay pancartas en las que pone “terrorismo municipal” . No puede ser que llevemos años pidiendo, desde la época de [la exalcaldesa] Ana Botella, y que vayamos a peor», critica la portavoz de la asociación El Organillo de Chamberí, Pilar Rodríguez. La lista de quejas es larga: que el nuevo mapa es prácticamente idéntico al provisional difundido a principios de año, que hay terrazas sin registrar sobre plazas de aparcamiento, que Ponzano es «el sitio más conflictivo de todo Madrid», que la asociación desconoce el proyecto de transformación urbanística, que los criterios para determinar las zonas saturadas «están pensados para que no se cumplan las condiciones y no se quiten terrazas»...
El Área de Coordinación Territorial compartió en enero un boceto preliminar de estas áreas «saturadas» en función de una serie de criterios, algunos más enrevesados que otros. El primer indicador es la alta ocupación de terrazas , pero también debe concurrir un elevado tránsito peatonal (superior a 33 personas por metro y minuto en cada tramo de calle), afecciones medioambientales y una distancia de menos de 150 metros de centros sanitarios, entre otras cosas. En estos dos meses, han sido los distritos los encargados de la «labor titánica», según alabó ayer la delegada del área, Silvia Saavedra (Cs), de identificar los puntos rojos en el mapa.
En las 31 zonas saturadas, en Salamanca (11), Centro (6), San Blas-Canillejas (3), Ciudad Lineal (2), Retiro (1), Chamberí (1) y Fuencarral-El Pardo (1), el consistorio ha revisado 395 autorizaciones de terrazas en bandas de aparcamiento. De ellas, 62 se revocarán automáticamente , una vez los concejales presidentes de cada distrito emitan la resolución de extinción. «Además se van a elaborar unos planes de ordenación conjunta para reordenar la zona y conseguir ese ansiado equilibrio entre el descanso vecinal y el ejercicio de la actividad hostelera», trasladó ayer Saavedra.
Tramos en estudio
Aún se están inspeccionando otras 173 licencias en las 22 zonas saturadas en valoración, que afectan a Chamberí (8), Latina (8), Centro (5) y Fuencarral-El Pardo (1). Estos tramos en estudio incluyen vías ajetreadas como la Gran Vía y la calle Mayor y pedazos de Santa Engracia y Guzmán el Bueno, ubicaciones que se remitirán a la comisión de terrazas, el órgano municipal encargado de cualquier resolución en la materia. Saavedra prevé que se evalúen en el plazo de un mes, junto con los planes de ordenación, que pueden acarrear reducción de horarios, de sillas o elementos autorizados, e incluso una adecuación estética de los veladores.
Hasta la fecha, el texto que ha abanderado Villacís, sustituto de la ordenanza de 2013, ha vetado un total de 89 terrazas sobre bandas de aparcamiento, las últimas 62 en zonas saturadas y 27 en las ZPAE de Gaztambide (Chamberí) y Azca (Tetuán). Apenas comprenden una décima parte de las cerca de 900 autorizaciones concedidas por el Ayuntamiento para paliar los estragos económicos de la pandemia. «Con el concepto de zonas saturadas nos sentíamos cómodos desde el principio, porque era atajar el problema en las zonas donde realmente hay un problema», reconoce el presidente de Hostelería Madrid, José Antonio Aparicio, «el mapa de terrazas da certidumbre a futuro y seguridad».
La asociación está preparando la cartelería informativa para comunicar a los hosteleros las nuevas reglas; ya advirtió a sus socios el pasado 1 de febrero, cuando entró en vigor la ordenanza que borraba de la ciudad las más de 2.000 ampliaciones Covid y expulsaba las terrazas en plazas de aparcamiento de las ZPAE. Algunos negocios, no obstante, tardaron en acatar. «Esta situación se va normalizando, hay una buena acogida por parte de los distritos y los hosteleros, en términos generales, han vuelto a su huella natural», valoró ayer la concejal Saavedra. Más allá de las consecuencias del virus, la hostelería sortea ahora como el resto de sectores la escalada de precios , y las zonas saturadas no son buenas noticias para 62 locales.
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