El templo del heavy en Vallecas cierra por problemas de licencias
La Sala Hebe abrió en 1980 y ha acogido a grandes grupos como Extremoduro y Obús

Los acordes de heavy y de rock dejarán de escucharse en Vallecas. Las cuerdas de las guitarras ya no vibrarán más al tiempo que el entregado público del local grita las canciones que resuenan en los altavoces. «Salir, beber, el rollo de siempre...» . El verso de Extremoduro no volverá a corearse en la Sala Hebe . El templo vallecano de estos géneros musicales echa el cierre por problemas de licencias después de 38 años en los que ha acogido a grupos musicales como Obús y Marea. Los de Plasencia no estarán de nuevo «sueña que sueña con ella».
La decadencia de Hebe empezó a principios de este mes por problemas con el Ayuntamiento. Los responsables de la sala comunicaron entonces que la administración pública les obligaba a instalar en el recinto un limitador de volumen , «algo incompatible con las actuaciones». El local ya estaba en ese momento insonorizado, pero por las «trabas administrativas» se vieron obligados a suspender los conciertos que tenían programados para los próximos tres meses. Ayer, casi 30 días después de tomar esa primera medida, comunicaron que el cierre se producirá el próximo 26 de mayo , aunque esperan que sea «una medida provisional». «No poder hacer conciertos nos supone unas pérdidas económicas que no podemos soportar», afirmaron los dueños del santuario vallecano del heavy.
«Esta decisión es dolorosa, sobre todo por los grupos. Sabemos las dificultades que tienen para encontrar locales donde tocar», continuaron. Desde su apertura en febrero de 1980 , Hebe ha sido durante estas casi cuatro décadas la cuna de muchos grupos españoles de la música metal y el rock.
«Hebe representa la identidad de la ciudad, es el epicentro musical de Vallecas», declararon algunos vecinos y aficionados al local tras conocer la noticia. «Un gran vacío en las noches de Vallecas», comentaron otros: «Nos cierra un trocito de corazón» .
La Sala Hebe es el último nombre que se une a la larga lista garitos que tuvieron que bajar sus «persianas» en el distrito vallecano por la crisis, como el Pub Variedad y el Jimmy Jazz .
Las noches de sudor y risas con los amigos quedarán grabadas en la mente de los rockeros, así como el mítico futbolín que hacía las delicias de los hinchas que «sudaban la camiseta» del juego de mesa al enfrentar al equipo del barrio contra el Atleti. La bandera de Led Zeppelin dejará de decorar sus paredes. «Ya no queda nada de ayer, porque el viento se lo llevó», continúa Extremoduro. El viento se llevará las notas musicales de la sala. Pero también los monólogos de comedia que todas las noches de lunes se recitaban en el pequeño escenario que en cuatro días apagará sus luces.
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