PARROQUIA DE SANTA TERESA DE CALCUTA

Un templo que abraza y acompaña

La iglesia vive a pie de calle, y no se olvida de los desfavorecidos de la cercana Cañada Real

Parroquia de Santa Teresa de Calcuta ISABEL PERMUY

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Ya no se construyen templos como el de la parroquia de Santa Teresa de Calcuta, calle Minerva, 58, de Valderribas, Vicálvaro. La genialidad de María de los Ángeles Sánchez Ortega , arquitecto responsable de la obra, tenía un sentido que supo plasmar en la gramática de los materiales y las formas: la dulzura de la caridad, la belleza de la fe, la estética de la esperanza, el servicio de la entrega. Sorprende la forma circular, que abraza. Un abrazo interior a la sombra de una torre exterior que clama al cielo. Luminosidad interior, que imprime el carácter del conocimiento de la fe, y la ornamentación bizantina de Joan Goitia , que centra el misterio en la cruz redentora, pedagogía y celebración, fuente que sacia toda sed. Un templo que no deja indiferente al viandante.

Claro que esta teología de vida, que sintetiza el sentido de la parroquia, como comunidad que acompaña, no sería posible sin el párroco, Bernabé Sanz Grande, a quien en febrero de 2007 el cardenal Rouco Varela encomendó la tarea de poner en marcha esta parroquia, que tuvo como templo inicial un pequeño local en la calle Omega. El 15 de Febrero de 2014 se pudo celebrar, al fin, la consagración del templo. El párroco está acompañado por el sacerdote Manuel López Ramírez , colombiano, fiel lector, como confiesa, de esta serie sabatina sobre las parroquias de Madrid, hombre preocupado por la acción caritativa y social.

El ritmo de vida arrastra

Conversar con el párroco de Santa Teresa de Calcuta te da la posibilidad de entender la razón de una Iglesia que vive al pie de calle. En este caso, de quienes habitan en el barrio de Valderribas , una geografía aneja al centro de Vicálvaro, construcciones sobre construcciones, matrimonios jóvenes, espejo y reflejo de un tiempo y de una historia. El párroco describe el tono vital del vecindario: «El ritmo de la vida arrastra, puede con la realidad de los matrimonios, de las personas. Trabajo, niños, casa, sin tiempo para cada uno, agotados, sin espacios, ni silencios y palabras para ellos.

Y ahí la parroquia solo puede acompañar a los matrimonios jóvenes en su realidad, en su vida, facilitar una experiencia que les permita restañar las heridas del día a día ». La pasión con que habla Bernabé se le sale por los ojos. Unos ojos pequeños, agudos, capaces de discernir hasta la más limitada grieta del alma.

La parroquia, familia de familias, cuenta con una catequesis de 450 niños. Pero no es para los niños solo, es para los padres que tiene la oportunidad de encontrarse y reconocer el acontecimiento cristiano que está en lo humano y que siempre nos da más oportunidades que las que nos damos a nosotros mismos.

Apoyo ante el fracaso escolar

Esta tarea de acompañamiento también se despliega con adolescentes y jóvenes. Una de las actividades principales, ante las altas tasas de fracaso escolar que hay en el barrio, es el grupo de Apoyo al estudio. Un grupo de profesores voluntarios que trabajan por facilitar el crecimiento interior. Apoyo escolar y ante una vida que se desgarra. Son impresionantes los testimonios de estos chicos y chicas, que este verano han hecho el Camino de Santiago. Quizá porque la vida sea un camino que hay que transitar, no ajeno a las fatigas.

La parroquia recibe el magisterio directo del espíritu de caridad de la Madre Teresa de Calcuta, su santa patrona, una santa contemporánea de la que no es necesario explicar nada. Una caridad que llega hasta los sectores cuatro y cinco de la Cañada Real , espacio habitado por personas de etnia gitana y procedentes del norte de África. La parroquia atiende a 250 familias con alimentos que se reparten cada semana y que proceden del Banco de Alimentos.

También los voluntarios, una veintena de personas, realizan por las casas un seguimiento de las necesidades familiares. Y junto con la mano tendida, la voz, el sonido de esa presencia que vivifica, el canto en la liturgia, con un magnífico coro que convierte la misa principal de los domingos en un trocito de cielo en la tierra. Por cierto, mañana domingo celebran su fiesta. Y es de todos y para todos. Como la parroquia.

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