Huelga de taxis en Madrid
Los taxistas acampados en Castellana: «Hacemos relevos para no pasar toda la noche fuera de casa»
ABC pasa la noche con los conductores que tienen cortada esta avenida principal
Tiendas de campaña, sillas plegables, bocadillos y agua, sobre todo, agua. El calor de la noche madrileña era más soportable de esta manera para aquellos taxistas que contaban ya su segunda noche de huelga en el paseo de la Castellana. Los conductores intentaban ocultar su frustración e impaciencia con risas y cantos al ritmo de una guitarra. Dani «2 20», conocido así por su número de licencia, mantenía su vehículo estacionado bajo el puento de Nuevos Ministerios junto al de otros taxistas. Él y sus compañeros decidieron hacer la noche más llevadera sacando su guitarra y amenizando la espera. «Estamos aquí porque tenemos esperanzas . Perder ya hemos perdido algo, ahora vamos a intentar ganar», aseguró. Cree que los «casos puntuales» de taxistas agrediendo a vehículos VTC no deberían dañar la imagen del colectivo, pues defiende que la mayoría está realizando una huelga «pacífica».
Ciertamente, la noche se presentó tranquila y así lo auguraban también los policías que dirigían el tráfico a ambos lados de la Castellana. La solidaridad fue bilateral : los agentes se acercaban y se interesaban por los taxistas, mientras que estos últimos no dudadan en ofrecerles comida y bebida. «De momento, la Policía está siendo colaborativa», afirmaba Sergio Vega, presidente de Élite Taxi Madrid.
«Actúan como taxis»
«Intentamos relajarnos y hablar un poco», comentó Dani. El colectivo se ayudaba mutuamente haciendo relevos para no tener que pasar toda la noche fuera. Mientras unos iban a casa a ducharse o coger algo de comida, los demás continuaban acampados. Además, muchas familias no quisieron dejarlos solos y sus parejas e hijos se unieron también a la concentración.
El principal problema para Sergio Vega, de Élite, es que las VTC «ofrecen un servicio inmediato, pero la gente debería contratarlo antes», y añade que los taxistas, por ley, tienen «inmediatez, las paradas y la precontratación». Acusan a las VTC de captaciones: «No pueden recoger si no es con aplicación. Sin embargo, la gen Actúan como taxis, y no lo son te echa la mano en la calle y se suben. ». José Martínez, otro de los que pasó la noche en la Castellana, dice que como no hay trabajo para tantas licencias, están ejerciendo de taxis, y recalca que «otro servicio que no cumplen las VTC es que tienen que seguir su hoja de ruta, con nombre, apellidos y DNI del cliente, origen y destino». Sabedores de que estos vehículos continúan trabajando aunque sin acercarse a la Castellana, denuncian que se están aprovechando de la situación: «Los precios que cobran son desorbitados ahora que no hay taxis». Además, hacen referencia al reciente festival que tuvo lugar en Ifema: «Cuando no hay ninguna fiesta, ellos cobran menos que los taxis, pero por ejemplo en el Mad Cool incrementaron los precios».
«Esto no beneficia a nadie»
Esta es una huelga, dicen, que no beneficia a nadie. «Afecta a las gasolineras , porque nadie reposta, a muchos hoteles e, incluso, a los supermercados». Y, por su puesto, está afectando económicamente a las familias de los taxistas: «Tenemos que pagar las facturas».
José admite que las VTC son necesarias y que no pretenden erradicarlas: «Pedimos que se cumpla la ley, no que desaparezcan las VTC». En el caso de Dani, no está de acuerdo en que sigan funcionando con esta huelga. « Deberíamos parar todos , bajar al cliente y que se busque la vida», opinaba, alegando que es la única manera de que sean verdaderamente escuchados y se cumpla la ley.
El colectivo se mantiene firme en su posición y se enorgullece de formar parte de una de las «mayores concentraciones de taxistas», porque no es como las «típicas huelgas de dos horas», que no sirven para nada. Están seguros de que la única manera de conseguir algo es paralizar el negocio.
Confían en que todos sus compañeros se hayan sumado a los paros: «En principio, no debería haber ni un solo taxi en funcionamiento, pero quizás alguno esté trabajando; yo creo que no es así».
Evolución de las VTC
Sergio Vega recuerda que en un principio, «las VTC eran vehículos de alquiler con conductor. Tenían un local abierto al público donde podías alquiar un vehículo y te preguntaban si querías conductor o si ibas a conducir tú». Ahora, han evolucionado y siempre llevan conductor. Vega afirma que la ley « liberaliza el alquiler sin conductor, no con él ».
«Para facilitar a Uber y Cabify la entrada al mercado y acercarse un poco al servicio del taxi, eliminaron muchos requisitos», cuenta Vega. Ahora, « abaratan el gasto comprando vehículos de menor cuantía para abaratar el precio que pueden ofrecer al cliente». El responsable de Élite asegura que «podríamos competir si ambos tenemos el precio libre, pero el taxi tiene una tarifa regulada y las TVC pueden cobrar lo que quieran y no tienen un lugar físico donde reclamar cuando se producen abusos en los precios».
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