El taxi y Garrido se distancian a una semana desde el final de la huelga
El Ayuntamiento redacta una ordenanza sobre Uber y Cabify mientras el Gobierno regional dice que no habrá cambio legal si no hay consenso con las VTC
De «engaño», «paripé» y «tomadura de pelo» tacharon ayer los taxistas el encuentro mantenido en el Comité Regional del Transporte. «Nos toman el pelo», dijeron cuando la consejera del ramo, Rosalía Gonzalo , en un encuentro donde también estaban VTC, usuarios, el Ayuntamiento y hasta los autobuses interurbanos, les pidió que entregaran sus propuestas para acabar este conflicto. Tal fue el enfado de los profesionales del volante madrileño que se levantaron y se fueron , asegurando que no negociarán más con un gobierno, el regional, que consideran «caduco y amortizado». La consejera, por su parte, les acusaba de estar «en el Pleistoceno».
El desencuentro parece cada vez mayor entre ambas partes. Los representantes de los taxistas acusan aún el golpe de una huelga que ha durado 16 días y que han tenido que terminar con las manos vacías y por agotamiento.
El Gobierno autonómico les ofrece el caramelo de un nuevo reglamento en el que se trabajaba ya meses antes de estallar el conflicto, y que aporta novedades que las asociaciones valoran, pero no eliminan lo que consideran su problema principal: que las VTC «funcionan sin regulación, hacen de taxi» y ellos se encuentran constreñidos por reglamentos y ordenanzas que miden desde los días y horas que trabajan hasta los requisitos que han de cumplir para acceder al servicio de taxi.
El «decreto Ábalos»
La tercera pata de este banco es el Ayuntamiento: la concejal de Movilidad , Inés Sabanés , acudió ayer al encuentro del Comité de Transportes con la intención de aclarar lo que considera el punto básico: «Si partimos todos de la misma base, del decreto de gobierno que nos mandata a regular las VTC». Y descubrió que no: la consejera Rosalía Gonzalo cree que el «decreto Ábalos» –que se tramita ahora en el Congreso y habilita a comunidades y ayuntamientos a regular, en un plazo de cuatro años , sobre licencias de VTC– «es un mal decreto». Esperan, de hecho, al resultado de su tramitación parlamentaria por si ésta permite introducir modificaciones en el texto del mismo.
Pero las organizaciones del taxi no quieren esperar más; se sienten «engañados, una vez más», recuerdan que ya han presentado tres propuestas diferentes para que se regulen las VTC, flexibilizando su postura en los puntos más sensibles, sin conseguir nada hasta ahora. «La Comunidad tiene dos sectores que le pertenecen, pero sólo regula uno», lamentaba Julio Sanz , presidente de la Federación Profesional del Taxi.
Creen, de hecho, que el anuncio de un nuevo reglamento para el taxi y la convocatoria de la reunión de ayer no son más que «un lavado de imagen del Ejecutivo autonómico» pero avisa: «Nosotros no vamos a participar en su foto de familia».
«Imponerse»
El presidente Ángel Garrido lamentó el plante de los taxistas y les pidió que vuelvan a negociar. Aunque su consejera de Transportes consideraba ayer, al término de la reunión –que se prolongó sin ellos durante más de dos horas– que «lo que quieren los taxistas no es hablar, sino imponer su criterio». En todo caso, advirtió, «si no hay acuerdo en el sector –lo que incluye taxi y VTC–, no habrá modificación de la ley».
La concejal Inés Sabanés lamentaba que no se hubiera producido «ningún avance» en el encuentro y sugería realizar «reuniones bilaterales» para ir dando pasos hacia una solución. Recordaba que el Ayuntamiento de Madrid está ya trabajando en la elaboración de una ordenanza específica de VTC, en la que se incluirán cuestiones como el ámbito de aplicación, el modelo de autorizaciones , los horarios de trabajo, etcétera, pero no la precontratación si esto no está apoyado previamente en una ley regional.
Pretende Sabanés que la norma esté lista en este mandato ; no obstante, recuerdan en el Gobierno municipal que a diferencia de lo que ocurre en la Asamblea, donde las leyes que no se aprueben decaen al finalizar la legislatura, en el Ayuntamiento no ocurre lo mismo, y se podría continuar con la tramitación de esta ordenanza en el siguiente mandato.
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