Tabiques móviles y cabeceros suspendidos: así es la nueva UCI flexible del Hospital Gregorio Marañón
El centro público madrileño estrena 1.100 metros cuadrados con capacidad para 35 enfermos crónicos en los que se han invertido 1,6 millones de euros
El Hospital General Universitario Gregorio Marañón ha sido uno de los centros europeos que más pacientes con Covid-19 ha atendido desde que estalló la pandemia . Sus profesionales han asistido a más de 4.200 enfermos aquejados de coronavirus. De ellos 385 lo hicieron en las unidades de críticos. El día más negro de su historia reciente, el 29 de marzo, llegó a tener ingresados 1.064 pacientes con el virus. Esta mañana ha inaugurado oficialmente un nuevo espacio que ayudará a su personal sanitario a desarrollar su trascendental función con 1.100 metros cuadrados de reciente creación en el que se ubica la nueva UCI flexible de este centro de referencia. Una estancia que se puede dividir en dos áreas separadas y simétricas para destinar la mitad de las camas a enfermos con Covid y el resto a pacientes no infectados por coronavirus.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso , ha visitado hoy esta novedad médica en la que el Gobierno regional ha invertido 1.678.000 euros –levantada en un tiempo récord de tan solo tres meses–. Una unidad «pionera» que, entre sus principales ventajas, permite pasar de 23 camas funcionantes a 35 de forma inmediata para dar respuesta a demandas asistenciales derivadas de crisis sanitarias o emergencias.
Para optimizar el espacio y poder adaptarlo a cada circunstancia sanitaria, los boxes están separados por unos tabiques móviles. Asimismo se han colocado unos cabeceros suspendidos que permiten aumentar el número de camas. Todas ellas son visibles desde los dos controles de enfermería que se han situado en el centro, además de conectarse de forma independiente con el espacio destinado a trabajo y descanso del personal.
Cuatro estancias con presión negativa
Todas las habitaciones cuentan con presión positiva y se han habilitado cuatro estancias con presión negativa que permiten un «alto aislamiento», con una ante sala estanca que facilita al personal equiparse antes de acceder a la habitación y a su vez mantener las presiones entre las diferentes áreas y el interior del box. La unidad cuenta con un sistema de ventilación que renueva el aire desde el exterior doce veces cada hora, todo ello a través de filtros HEPA y con control de contaminantes . Asimismo, las habitaciones cuentan con un sistema de iluminación que permite tres modos: apagado, encendido y ciclo circadiano, que imita la luz natural según el momento del día.
Las nuevas instalaciones se han dotado con tecnología y equipos de última generación como respiradores, desfibriladores, electrocardiogramas, carros de parada , monitores y control de monitorización y todo el mobiliario clínico necesario. Además, la nueva UCI del Hospital Gregorio Marañón cuenta con despachos médicos, secretaría, una farmacia, dos almacenes independientes, áreas de descanso para el personal y sala de información a familiares. Para acceder a la Unidad de Cuidados Intensivos se ha establecido un doble acceso: uno interno, para los traslados desde Urgencias, quirófanos y hospitalización, y otro acceso externo que dará paso al área de despachos de personal y familiares. «Toda la UCI responde a una serie de criterios prácticos de eficiencia, humanización, flexibilidad, seguridad y confort, tanto para los pacientes como para el personal sanitario», defienden desde la Consejería de Sanidad.
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