#STOPBASURAS

Suciedad en Madrid: la basura y las hojas se acumulan en los parques de los barrios

Los vecinos se quejan de la dejadez del Ayuntamiento y denuncian la escasez de barrenderos y de camiones de recogida de los residuos

La zona infantil del parque Fuente del Berro, ayer MAYA BALANYA

MARÍA ISABEL SERRANO

Ana y Lidia paseaban ayer, con sus perros, al lado de una pequeña zona infantil en la calle de Federico Moreno Torroba. No es un escombrero pero sigue habiendo hojas de árbol entre los toboganes , alguna bolsa de basura, papeles y latas de refrescos. «Con estos parques para niños , la gente suele tener mucho más cuidado. Ahora lo véis más limpio porque desde hace poco están, a unos cien metros, unas oficinas de Madrid Salud y antes eran de los Bomberos. ¡Claro, así cualquiera!», nos dice mientras enfilan hacia la avenida del Mediterráneo (Retiro).

¿Hace falta vivir en un lugar donde haya edificios oficiales para librarse de la basura? Los vecinos con los que ha hablado este periódico reaccionan. «La ciudad está asquerosa pero desde que se está denunciando se ha limpiado mucho. Ya no es solo la imagen de los barrios. Es una cuestión de salubridad», asegura Mauricio , que vive en la glorieta de Manuel Becerra.

Él, lo mismo que Jaime S ., otro vecino del barrio de Fuente del Berro, se declaran impotentes ante la suciedad del parque que lleva el mismo nombre de su zona. Ayer mismo, más de una docena de bolsas de basura permanecían amontonadas en este parque a la espera de que los servicios municipales las recogieran y se las llevaran en un camión. «¡Demasiado bien está todo! Hasta el verano había más personal limpiando. Ahora, practicamente, solo hay un barrendero», comentaba Alicia, que jugaba con su pequeño de 2 años en la zona infantil del parque Fuente del Berro; llenita de hojas, por cierto.

Aurelia Herrera también retoza con su nieto sorteanto tanta hojarasca. «Es normal –nos dice– que en esta época del año caigan las hojas. Lo que no es de recibo es que no se recojan . Que pagamos impuestos. Si hay problemas con las contratas , pues que los solucionen. Lo que no puede ser es toda esa alfombra, tantas bolsas de basura y tanta dejadez. Y desde hace unos días está algo más limpio. Después de las fiestas, esto era una penita . Yo misma me tropecé con una boca de riego averiada porque no se veía el suelo con tanta hoja».

Los parques de barrio tienen ya un pase. Persisten esas peligrosas hojas amontonadas por la mayoría de ellos pero se están retirando, poco a poco, los restos de comida, basura y demás desperdicios . «Queda mucho por hacer. Es que, en realidad, la limpieza de la ciudad es una tarea diaria», dice Antón, un joven que atraviesa cada día la plaza de España para ir a su trabajo.

Cierto. Este enclave de Madrid es un foco permanente de inmundicia. Ayer, los jardines de la plaza de España tenían un pase. Un aprobado por los pelos. El suspenso en toda regla se lo llevaba el subterráneo, hasta no hace mucho, techo para indigentes y toxicómanos. Restos de botellón, olor a orín y heces ... Que pocos ven porque no están a la vista; no es una zona de paso.

Con las zonas infantiles también se ha dado la voz de alarma. Las que recorrió ayer este periódico se encontraban bien dentro de unos límites. En una de ellas, situada entre la calle del Conde de Cartagena y la avenida del Mediterráeo, había un excremento de perro al ladito de los columpios, dentro del vallado, en colores, que delimita la zona de juegos del resto del parque. Y no muy lejos, un calcetín viejo tirado en medio del suelo.

Marisol H . pasea por este parque del barrio de Pacífico. «Aquí, lo peor son los fines de semana. Se hace botellón y queda hecho un asco», asegura la mujer mientras lanza lejos una pequeña pelota para que su perro vaya a por ella. «Es para que haga deporte», explica. «Por cierto, hace dos meses que o hay bolsas para recoger la caca de los perros. El Ayuntamiento no las repone y eso le puede servir de excusa a los dueños sin escrúpulos», añade.

Ella también es de las que opina que con las áreas infantiles «se suele ser más respetuoso». Sin embargo, Inés, otra vecina de la zona, comparte las molestias que produce el botellón, insiste en «el horror» del escenario que dejan los jóvenes. La verdad es que este enclave es ideal para beber alcohol en la vía pública: camuflado entre bloques y antiguas viviendas unifamiliares, tiene una especie de anfiteatro, escalinata y hasta una fuente de agua potable. Un parque y un área infantil que se llenan a la salida de los colegios, que son muchos. En las últimas semanas, con las basuras ha estado menos concurrido . Como en casi toda la ciudad.

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