«Stolpersteine»: Madrid tropieza con el horror nazi
El artista alemán Günter Demnig instalará en la capital adoquines con los nombres de las víctimas madrileñas de los campos de concentración, El proyecto está presente en 22 países de Europa y Argentina
Cuatro adoquines dorados, redondeados a fuerza de miles de pasos perdidos, detienen la mirada del turista en el número 37 de Merwedeplein , en Amsterdam. Ante ellos, un portal anodino rodeado de bicicletas dibuja la estampa más cotidiana de la ciudad holandesa. La reverencia, obligatoria para lograr leer la inscripción que recogen, viene acompañada de un sobrecogedor sentimiento. «Aquí vivió Otto Frank, Edith Frank-Hollander, Margot Frank y Anne Frank ». Sus nombres, ligados a la crueldad despiadada del nazismo, son tristes ejemplos célebres entre millones de víctimas. Todas ellas tienen nombre y apellido y el artista alemán Günter Demnig se impuso la tarea de recordárselo al mundo, buscando un pretendido traspiés con la historia que llamó «Stolpersteine» –literalmente, «piedras de tropiezo»–.
Esos adoquines, presentes ya en 22 países de Europa , llegarán a Madrid la próxima primavera para homenajear en las calles de la capital a 449 víctimas de los campos de concentración nazis. Cuatro mujeres y 445 hombres que fueron deportados a lugares como Treblinka, Theresienstadt, Sobibor, Sachsenhausen, Ravensbrück, Mauthausen , Neuengamme, Lodz, Gurs, Drancy, Dachau, Chelmno, Buchenwald, Bergen-Belsen o Auschwitz .
Sus nombres fueron recopilados en el «Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945)» que editó en 2006 el Ministerio de Cultura. Será el propio artista Günter Demnig quien colocará las diez primeras placas en las aceras de la capital, a los pies de los edificios o los lugares próximos en el que se encontraba el domicilio de los homenajeados. El formato es siempre el mismo: un prima de cemento de 96 por 96 milímetros y por 10 centímetros rematado con una placa de bronce pulido iniciada por la frase «Aquí vivió». Además del nombre de la víctima, la inscripción incluye otros datos como su fecha de nacimiento, deportación o asesinato, además del campo nazi en el que fue recluida.
El proyecto « Stolpersteine » llegó a España en 2015 con la instalación de las primeras placas homenaje en el municipio de Navas (Barcelona). Tras expandirse por distintas localidades de Cataluña como Sabadell o Manresa, la semana pasada se instalaron nuevos adoquines en Mallorca y en Menorca. En total, y a la espera de que Madrid engrose la lista, se han colocado ya 112 piedras en 18 localidades españolas.
Dos décadas de trabajo
La idea arrancó en 1997 en el barrio berlinés de Kreuzberg . Dos décadas de trabajo después, el artista alemán ha fabricado e instalado más de 65.000 memoriales en 22 países de Europa, en ciudades como Ámsterdam, Bruselas, Hannover, Burdeos, Roma, Viena, Nuremberg o Praga. El año pasado, Günter Demnig llevó los «stolpersteine» hasta Argentina para recordar a los fundadores de un colegio alemán en Buenos Aires y a las familias judías que se refugiaron allí huyendo del terror nazi.
Como Madrid, más de 1.800 localidades europeas se han sumado a esta iniciativa para no olvidar nunca que las víctimas no son una mera cifra. Demnig iniciará la instalación de los primeros adoquines, excavando él mismo el hueco, colocando y sellando la placa. Después será el Ayuntamiento quien recoja el testigo a través de la tercera tenecia de Alcaldía a cargo de Mauricio Valiente , responsable municipal de Derechos Humanos.
En total, el consistorio prevé completar el homenaje a la totalidad de los vecinos de Madrid que murieron en los campos de concentración nazis, provocando ese «tropiezo» con la historia. Siempre doloroso, sí, para evitar que el horror se repita.
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