Así ha sido la búsqueda de María Piedad: buzos y perros de la Guardia Civil en el río Guadarrama

Un dispositivo de 60 agentes rastrea el Guadarrama, donde fue lanzada la joven

Buzos de la Unidad Subacuática de la Guardia Civil (GEAS) recorren ayer el río Guadarrama DE SAN BERNARDO

IGNACIO S. CALLEJA

La Guardia Civil realizó ayer, sin resultado positivo, una nueva batida en el río Guadarrama (Villanueva de la Cañada) para hallar por tierra y agua un «resquicio» que permita seguir con la investigación del caso de María Piedad García Revuelta , la joven desaparecida en la madrugada del 12 de diciembre de 2010 en Boadilla del Monte.

Aprovechando el bajo caudal , condición fundamental para reanudar el operativo, los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) del cuerpo, apoyados por la Unidad Canina, rastrearon el cauce del río y sus alrededores desde las nueve de la mañana. En total, el dispositivo está formado por unos 60 agentes .

Los trabajos de búsqueda se concentran ahora en esta zona próxima al río porque, como informó en su día ABC, en este punto se descubrió una muestra de sangre de María Piedad , encontrada al año de su desaparición. El comandante del puesto de Majadahonda, Emilio Martínez, declaró a este periódico que, según este rastro, «podría ser donde se dio la desaparición efectiva» , al tiempo que explicó la oportunidad que supone el bajo caudal del río. «Han pasado cinco años y somos conscientes de las dificultades, pero no perdemos la esperanza», destacó.

La Guardia Civil está convencida de que la mujer, de 35 años, fue lanzada al río Guadarrama desde el puente por el que cruza la carretera que conecta Boadilla y Brunete (M-513). Las pistas apuntan a que fue asesinada antes por su expareja, Javier Sánchez-Toledo Carmona. El presunto homicida, que apareció ahorcado tres días después de la fecha indicada, fue el último que estuvo con ella antes de desaparecer. Se ofreció a llevarla a casa después de una cena de empresa y, durante las horas siguientes, mandó mensajes desde el teléfono de la víctima. Todo ello lo sitúa como el único sospechoso del caso .

Una zona intransitada

La búsqueda prevé recorrer la ribera del río hasta su desembocadura , que se produce en el Tajo, ya en Castilla-La Mancha. Según fuentes del cuerpo, los principales obstáculos a los que se están enfrentando son las horas de sol y el frío de los primeros compases del día; la diferencia de temperatura entre la zona señalada y Boadilla del Monte es de unos cinco grados.

La mayoría de los lugares sobre los que ahora se está trabajando eran de acceso imposible cinco años atrás , anegados por los niveles del río. Por ello, los agentes confían en encontrar restos óseos o de ropa que pudieran haberse quedado enganchados en algún recoveco del cauce .

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