Concierto de Ed Sheeran en Madrid: El poeta del millennial

El cantautor británico se exhibe en el Wanda Metropolitano con dos horas de puro espectáculo ante más de 50 mil personas

El cantante, compositor y guitarrista británico Ed Sheeran EFE | Vídeo: Así fueron las horas previas al concierto

Arcadio A. Falcón

Tras su paso por Barcelona el pasado día 7, Ed Sheeran aterrizó ayer en Madrid para ofrecer dos horas de intensa emoción en un repleto estadio Wanda Metropolitano. De la mano de la promotora Mercury Wheels y con su guitarra y pedalera en ristre, el británico tomó la capital de España como el Emperador que se sabe invencible antes de una batalla.

La noche comenzó con «Castle on the Hill», una canción que en apenas dos años se ha convertido en un himno para toda una generación. A pesar de ser un tema sencillo y previsible, cumple con su tarea a la perfección: encender a un público de más de 50 mil personas que, todo sea dicho, estuvo entregado desde que compró las entradas hace cuatro meses. Compartiendo con sus fans el último estribillo, Sheeran saludó «Gracias Madrid», hizo una breve explicación de cómo funciona su pedalera (con la que fuearreglos durante la noche) y se lanzó con un tema más agresivo y casi rap, en un recurso al que retornó con frecuencia.

Su voz, que ha madurado considerablemente desde que publicara su primer disco «+», es una combinación entre un empalagoso e imberbe adolescente y la solidez de un artista que cada vez pasa más horas en la carretera. Con guiños vocales a Oasis, se lanzó con su primer hit «The A Team», en el que cedió a las más de 50.000 gargantas el protagonismo.

Ed Sheeran, durante la actuación, entregado al público Ep

Impresionó mucho su facilidad para el tempo. Si ya es difícil mantenerse constante durante dos horas seguidas, lo es aún más si eres el único hombre sobre el escenario y con tu guitarra debes crear la armonía, el ritmo, los contrastes... y todo mientras cantas. Chapeau el trabajo de Ed Sheeran a la guitarra, hay pocos artistas tan versátiles con las seis cuerdas.

Flanqueado por cuatro pantallas gigantes que permitían a los espectadores más lejanos ver a su ídolo de cerca, Sheeran continuó con su último single «I Don't Care» (cuya versión de estudio cuenta con la colaboración de Justin Bieber).

Exprimiendo al máximo la mínima tecnología de la que dispone, el británico creó unas armonías vocales muy elegantes y sutiles que inundaron el estadio y encogieron el corazón de sus muchos y entregados fans.

Sheeran continuó el concierto viajando atrás en el tiempo hasta su primer trabajo para un medley que incluyó dos de sus primeras gemas: «Lego House» y «Give me Love». Como explicó el artista: «Cuando las saqué no era tan famoso y no tuve la oportunidad de tocarlos para vosotros».

El Wanda Metropolitano, abarrotado con los más de 50.000 fans que acudieron al concierto Efe

En «Give Me Love» dividió al público en secciones y puso al Wanda patas arriba repartiendo la armonía vocal del tema en dos mientras él permanecía en la melodía principal, demostrando que es también un excelso showman . Siguió con «Galway Girl», canción que el público cantó con Sheeran sin necesidad de ser alentado. Muy buena versión también de «I see Fire», que forma parte de la banda sonora de la película «El Hobbit» y que en vivo tiene una energía casi mística.

En «Thinking Out Loud» cambió a la guitarra eléctrica para cantar sobre un ritmo más percusivo pero con menos uso del loop, dando la razón a lo que intuía este cronista al principio del concierto: Ed Sheeran es un gran guitarrista.

También deleitó a su público con «Photograph» y «Perfect», que desencadenó un mar de linternas y mecheros que inundó el estadio madrileño. Es curioso, pero se creó un ambiente íntimo en el feudo colchonero a pesar del estruendo que suele acompañar a estos dos rotundos éxitos comerciales.

Sheeran se bajó del escenario mientras el público le vitoreaba para volver visitiendo la camiseta de la selección Española y darse un baño de masas en «Shape of YouK, probablemente su mayor éxito y que hizo, ya, enloquecer a la parroquia.

Cerró el concierto con «You Need me, I Don't need you», otro tema de «+» y sólo quedaba preguntarse una cosa: ¿No es la música el refugio donde la gente ahoga sus penas y dramas? ¿Un instante en el que es feliz? No es necesario sentar cátedra al escribir una canción, es más que suficiente con aliviar un alma... aunque sea por dos horas.

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