Santísimo Sacramento: una parroquia eucarística

La historia de este templo tiene que ver con la presencia de la vida consagrada

Interior del templo GUILLERMO NAVARRO

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Aun tiro de piedra del Parque del Retiro, océano verde, pulmón del Madrid bien, en la calle Alcalde Sainz de Baranda, 3 bis, está el majestuoso templo de la parroquia del Santísimo Sacramento, genialidad poliédrica, a imitación de una tienda de campaña por eso de que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, el desierto, los israelitas, el Arca de Alianza; pero, sobre todo, el maná del desierto, prefiguración de la Eucaristía.

Este impresionante templo escoltado por dos torres de forma piramidal de 42 metros de altura –que asemejan lo egipcio que queda en nuestra cultura-, está hecho de complejos encofrados de hormigón y amplísimas y originales vidrieras de Félix Cañada Gutiérrez e hijos. Dedicado todo ello al sacramento del Amor de los amores, a la Eucaristía. El templo, a medio camino entre el tiempo anterior y posterior al Concilio Vaticano II , fue obra del arquitecto José María de la Vega Samper, bajo la supervisión del constructor Eloy del Río Figueras. La escultura del presbiterio de Cristo, que se da y que reparte el Pan de vida, es obra de José Luis Vicent y mide 7,45 metros de altura. Flanquean al Cristo dos imágenes, una de la Virgen con un Niño que tiene en sus manos el cáliz y el pan, y otra de San José. Las vidrieras ofrecen un colorido de belleza singular a modo de catequesis sobre la presencia real y verdadera de Cristo en la eucaristía. Sin eucaristía no hay Iglesia.

La historia de la parroquia tiene que ver con la presencia y vitalidad de la vida consagrada en Madrid; no solo a mediados del siglo pasado, también en los años setenta y ochenta. La Congregación del Santísimo Sacramento fue fundada en 1856, en París, por San Pedro Julián Eymard. Llegó a España vía Tolosa, y de ahí a Madrid. En los cuarenta se instalaron en la calle del Olivar, en el barrio de Lavapiés. Posteriormente, se trasladaron a la actual ubicación. Se construyó la cripta, base de la actual iglesia, que fue bendecida por don Casimiro Morcillo en la festividad de San José de 1970. El 19 de marzo de 1973 se instaló solemnemente y fue bendecida la imagen de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote en la fracción del Pan.

Tal y como nos relata el actual párroco, el religioso José Antonio Rivera, el carisma de los padres sacramentinos se centra en «celebrar, adorar y vivir el misterio de la eucaristía». Un joven le preguntó no hace mucho: «¿Cómo hacer para que el don tan grande que poseemos sea conocido por todo en el barrio?». Y ahí está la clave sobre la que gira la actividad parroquial . Hay que destacar que, junto con los religiosos que forman la comunidad, de los que siete están activos en las tareas parroquiales, se han incorporado dos padres de origen filipino, considerados como «parte del futuro de la parroquia». Son los padres Dante y Allen. El padre Dante, Dante S. Mejillano, se ordenó en el año 2003, después de cinco años de preparación. Ha trabajado en Uganda y Australia, y el padre Allen, Allen Peña, se ordenó en 2011 . En 2008, mientras se preparaba para el sacerdocio, estuvo trabajando en Argentina. Ambos son muy activos en la catequesis, sobre la que han desarrollado, con la ayuda de un grupo de fieles, un nuevo modelo que recupera la centralidad del domingo y que tiene como destinatarios también a los padres.

Esa centralidad de la eucaristía se desarrolla en la Exposiciones Eucarísticas de 8 a 9 de la mañana, de 12,30 a 13,30 y de 18 a 20 horas. La adoración está muy presente en la vida de la comunidad. Según el Papa Francisco, en su reciente fiesta de la Epifanía, «en la vida cristiana no es suficiente saber: sin salir de uno mismo, sin encontrar, sin adorar, no se conoce a Dios. (…). Si perdemos el sentido de la adoración, perdemos el sentido de movimiento de la vida cristiana, que es un camino hacia el Señor, no hacia nosotros».

El pan de la vida que es caridad . La parroquia ha evolucionado al ritmo del barrio, de sus necesidades, un barrio de contrastes, con fieles con poder adquisitivo y con presencia de inmigración latinoamericana, ahora venezolana de origen, a los que se atiende con las ayudas económicas, el ropero y los alimentos .

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