El Arzobispado pide que no se bese el pie de la talla de Jesús de Medinaceli por el coronavirus

El acto religioso, que se celebra cada primer viernes de marzo, congrega a miles de personas

Doña Sofía, en el besapiés de Jesús de Medinaceli, al que tradicionalmente acude un miembro de la Casa Real ABC
Adrián Delgado

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La Consejería de Sanidad ha indicado al Arzobispado de Madrid que tome determinadas precauciones en el besapiés de Jesús de Medinaceli ante el avance del coronavirus. Así lo ha informado la Archidiócesis que ha pedido a sus fieles, a través de un comunicado que no besen el pie a la talla. «El Arzobispado de Madrid pide a los fieles que asistan este fin de semana a los cultos en honor a Jesús de Medinaceli y a Jesús del Gran Poder y a celebraciones similares que se abstengan de besar las tallas –como es tradición– para evitar posibles contagios por coronavirus. Por el momento, siempre conforme a las pautas de las autoridades sanitarias, el resto de los actos programados se mantienen igual», ha expresado en un breve comunicado. Las colas en las inmediaciones de la basílica son, eso sí, menores que de costumbre.

La festividad religiosa, que se celebra de forma extraordinaria cada primer viernes de marzo, congrega a miles de fieles que acuden a besar el pie de la talla del conocido popularmente como Señor de Madrid. Como ya informó este diario la Archicofradía de Jesús de Medinaceli , el pasado viernes también se celebró el besapiés. Preguntados sobre si se está tomando alguna medida extraordinaria en materia de higiene, explicaron que se «hace como es costumbre». Es decir, limpiando el pie de la talla con un paño seco después de cada beso.

Tradición histórica

La imagen de Jesús Nazareno que custodian los Capuchinos se talló en Sevilla en el siglo XVII por encargo de los Duques de Medinaceli y se trasladó a Marruecos para culto de los españoles, concretamente a la plaza fuerte de Mámora, en Marruecos. En abril de 1681, fue robada y arrastrada por la calles de Mequinez. Tras ser rescatada un viernes de Cuaresma por los Trinitarios, llegó a Madrid en el verano de 1682 con fama de ser milagrosa. Fue expuesta en una pequeña ermita que se levanta en lo que hoy es el templo de los padres Capuchinos y, en honor de su rescate, se instauró la costumbre de besar el pie del Cristo el primer viernes de marzo. A pesar de que la de hoy es la cita predilecta de los devotos para venerar la talla –por estar a ras de suelo–, se puede besar su pie durante todos los viernes del año.

La actual iglesia de Jesús de Medinaceli fue realizada por el arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz Encina sobre los restos de antiguos conventos que sufrieron los avatares, primero de la Guerra de la Independencia y, después, de la ruina tras la Desamortización de Mendizábal . El templo fue consagrado el 21 de noviembre de 1930 por el obispo de Madrid Leopoldo Eijo Garay. En 1973 el Papa Pablo VI concedió a la iglesia madrileña el título de «Basílica Menor». Si nada lo impide, el viernes vivirá la tradición que siguen madrileños y fieles llegados de toda España para postrarse a los pies de esta histórica imagen, símbolo de la devoción popular, y para formular tres peticiones de las que la tradición dice que Jesús intercederá por una de ellas.

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