San Valentín y san Casimiro: la oración por la paz en Ucrania

La parroquia se convierte, una vez más, en el lugar en el que es posible el abrazo de los hermanos y el clamor por la paz pedida, por la paz rogada

Vista exterior de la parroquia de san Valentín y san Casimiro

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Durante estos días, cada mediodía, los fieles de esta parroquia procedentes de Rusia y Ucrania se reúnen para rezar el rosario por la paz . Asisten a esta oración personas que no se les había visto antes por la Iglesia. La parroquia se convierte, una vez más, en el lugar en el que es posible el abrazo de los hermanos y el clamor por la paz pedida, por la paz rogada. Aunque la comunidad de personas procedentes de países del Este no es la mayoritaria en la zona, su presencia, junto con la de los polacos, hace posible que se hable de un nuevo Vicálvaro multicultural .

Ese Vicálvaro de clases trabajadoras, procedentes, en los primeros años, de la España que buscaba una vida digna en el Madrid de las oportunidades, también se encuentra ahora en la parroquia de san Valentín y san Casimiro, que es fruto histórico de la unión, en 2001, de las comunidades de san Valentín y de san Casimiro . Un parroquia, la del actual templo, creada en los años setenta, desgajada de Santa María la Antigüa, templo emblemático de Vicálvaro pueblo, y unida a san Casimiro por razones de eficacia pastoral. En este momento, el templo y los locales de san Casimiro están dedicados preferentemente a Cáritas, que es una de las actividades más fuertes de esta parroquia.

La avalancha inmigratoria de los últimos años, procedente de forma mayoritaria de Hispanoamérica, configura la vida del día a día. Si en los momentos iniciales la integración de los inmigrantes en la parroquia no fue fácil, ahora es uno de los valores diferenciadores de esta comunidad. Cerca del ochenta por ciento de los niños de la catequesis son hijos de personas inmigrantes, también los catequistas manifiestan esa riqueza de diversidades. Cáritas, que tiene una veintena de voluntariados con una notable calificación para la acogida, el acompañamiento y la promoción personal, atiende en estos tiempos difíciles a 170 familias suministrándolas alimentos.

La vida de la comunidad gira en torno a las celebraciones, preparadas y animadas por tres coros, un equipo activo de liturgia, la catequesis, entre la que hay que destacar un grupo de catequesis de adultos, el grupo de formación bíblica y el consejo de pastoral y de asuntos económicos. Y también los tres grupos específicos de oración: el de la Adoración Noctrurna, el grupo de oración de la Divina Misericordia y el grupo Betania, que ha creado un precioso clima semanal en la parroquia a través de diversa formas y materiales, en la línea de los grupos de oración de Taizé. También ahora están implicados en el camino sinodal.

Pero una de las novedades más importantes de esta parroquia es la presencia de los dos sacerdotes, Cristóbal José Galdeano Fernández y Luis María Pérez Elustondo, miembros de la Fraternidad sacerdotal Ramón Pané. Esta Fraternidad sacerdotal tiene su correlato en la Fraternidad de laicos, misioneras ambas, enmarcada en la Fundación Ramón Pané, que se define como «un equipo internacional (Español, Inglés, Portugués e Italiano) de cristianos católicos, que siguen con fidelidad el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Nuestro trabajo responde a los mandatos de nuestra Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Respetamos la sucesión Apostólica y las pautas dadas por nuestros Obispos».

Los sacerdotes, que son diocesanos,tienen como referente al arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, cardenal Rodríguez Madariaga. Ramón Pané, por cierto, fue uno de los personajes más interesantes de la primera evangelización de América. Miembro no sacerdote de la orden de San Jerónimo, acompañó a Colón en el segundo viaje a las Indias. Según su biografía en el Diccionario de la Academia de la Historia, el almirante Colón le pidió que «recogiera las tradiciones y la mitología de los indios de La Española. Hacia 1498 terminó de escribir y entregó al almirante el original de su manuscrito, que tituló 'Relación acerca de las antigüedades de los indios'. Esta relación era el resultado de lo que iba viendo y sabiendo de las costumbres, ritos y creencias de los taínos, en una especie de observación participante». Es el primer antropólogo, etnólogo, catequista y evangelizador de las Indias. Cuando Bartolomé de las Casas llegó a esas tierras afirmó que había conocido a Pané, del que no se sabe cómo y cuál fue el final de su vida.

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