San Basilio el Grande: un mosaico de actividades punteras
El templo se erigió en la época más fecunda de la configuración del territorio diocesano
Una placa en el interior del templo da fe de la historia de la parroquia de San Basilio el Grande, Basilio Magno, calle Fernando Poo, 36. Una historia que es vida. Dice así: «En 1965 fue inaugurado este templo bajo la advocación de San Basilio el Grande por Monseñor Casimiro Morcillo. La comunidad parroquial en el 25 aniversario dedica esta placa descubierta por don Francisco J. Pérez en querido homenaje a don Basilio Fernández Rojo, párroco desde sus comienzos, en agradecimiento por su ejemplar entrega 2-I-1991».
Es decir, que la parroquia se erigió en la época más fecunda en cuanto a configuración del territorio diocesano, con monseñor Casimiro Morcillo, y que a los 25 años celebraron una fiesta que presidió el entonces obispo auxiliar, don Francisco Pérez y Fernández-Golfín, y que sirvió de homenaje al que fuera párroco inaugural de esta comunidad, don Basilio Fernández Rojo.
En la historia de la parroquia colgada en la página web se añade que la parroquia fue erigida el primero de julio de 1965, que don Basilio trabajó durante no poco tiempo en la parroquia de la beata Ana María de Jesús, de donde fue desgajado el territorio de ésta, y que la construcción tuvo dos fases, finalizadas en 1968 y 1972.
Ciertamente, el complejo parroquial es un oasis de paz . Contribuye a ello la entrada con un amplio patio que protege el pórtico de la Iglesia, una iglesia de puertas abiertas. El patio está protegido por un edificio funcional. El templo es grande, espacioso, luminoso, con llamativas vidrieras, y con una capilla lateral que invita a la oración, entre una arquitectura de líneas y motivos estilísticos de los años sesenta y setenta. En 2007 se hizo una reforma del presbítero. El 11 de abril de 2019 finalizaron los trabajos de restauración de la Imagen de la Virgen y el Niño del presbiterio del templo y también del retablo del sagrario en la capilla.
El párroco, Antonio Luis Calle Espinosa, cuenta con la colaboración de don Clemente, que fuera mítico párroco de la histórica calle Embajadores. También le ayuda el sacerdote estudiante José Luis Rosario. Según la guía diocesana, en el territorio parroquial hay una comunidad de las Apostólicas del Corazón de Jesús. Según nos relata el párroco actual, nada se podría hacer en esta comunidad sin la ayuda de los fieles lacios . Una comunidad acogedora de fieles abiertos a los nuevos vientos del Espíritu y a las nuevas formas de Iglesia.
Pese a que la edad media de la feligresía es alta, y aunque se percibe una cierta renovación demográfica, la actividad es puntera en alguna de sus propuestas. Veámoslas. Hay un grupo de lectura creyente desde el Análisis Transaccional; es decir, un camino de espiritualidad que ayuda a descubrirte como persona . También hay un taller de inteligencia emocional, que sirve para el encuentro con personas que habitualmente no vienen a la parroquia y se acercan a esta actividad de conocimiento interior y desarrollo de las capacidades. Además de los grupos del Plan Diocesano que siguen trabajando en la senda de una Iglesia en salida, está presente una extensa estructura de pequeñas comunidades de fe, que combinan la comunión de experiencia con el catecumenado.
Estas comunidades de referencia nacen, según se lee en la web, de una preocupación por la transmisión de la fe , «envuelta en una grave crisis. Ocupa el primer plano de las preocupaciones de la Iglesia y de sus comunidades, pero la falta de análisis concretos, de planteamientos continuados y de respuestas eficaces a las carencias y dificultades que experimentamos en este terreno se está convirtiendo en una de las causas principales de nuestros malestares religiosos, de nuestra falta de entusiasmo y de nuestras perplejidades paralizantes».
En el ámbito de la acción social y caritativa, la parroquia cuenta con la habitual acogida, en particular a los inmigrantes , el proyecto CEM, centro educativo de menores, y también con la Realidad San-Ba, proyecto puntero de ayuda a los discapacitados. También está presente Vida Ascendente, la pastoral de la salud, la litúrgica, el Coro, el Grupo Scout San Jorge, las catequesis en las diversas etapas, las oraciones comunitarias, el taller de música y el taller de teología. Un mosaico de muchos colores en una parroquia. que pretender superar “el binomio curas-laicos o jerarquía-cristianos de a pie desde la realidad comunidad-ministerios”.
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