La sala Galileo cumple 30 años
La popular sala celebra su aniversario con actuaciones de grandes estrellas que dieron allí sus primeros pasos
No ha sido difícil organizar todo un mes de actuaciones estelares para celebrar el 30 cumpleaños de la sala Galileo (calle de Galileo, 100). «Todos los que han actuado en nuestra sala le guardan un gran cariño. Por eso, aunque ahora todos sean muy famosos y tengan muchos compromisos, han aceptado con muchas ganas. Es muy bonito ver que artistas que se hacen grandes no se olvidan de dónde están sus inicios», cuenta su dueño Ángel Viejo.
Pedro Guerra, Luar Na Lubre, Los Secretos, Albert Pla, Luis Ramiro, Carlos Chaouen, Albert Pla, Luis Ramiro, Alba Molina, Rulo e Ilustres Ignorantes, Faemino y Cansado, Juan Tamariz y muchos otros artistas se han sumado a la programación de aniversario, que inaugurará Alain Pérez el 2 de noviembre. Un elenco que da buena cuenta de «la variedad de disciplinas y estilos que hemos acogido», dice Viejom quien añade que «esa es precisamente la clave de nuestra supervivencia a lo largo de tres décadas: no habernos encasillado».
Templo de cantautores
Este veterano de la escena cultural madrileña comenzó su andadura con la sala en octubre de 1985 en el antiguo local del Cine Galileo, creando un espacio con decoración al estilo de un templo griego que con el tiempo se convertiría también en un templo de la escena de cantautores . «Sí, ese género, por llamarlo así, ha sido nuestra especialidad de la casa, es el que más se ha terminado identificando con nuestra sala», explica Viejo.
En su momento Galileo también acogió exposiciones, pero al ser «algo complicadas de organizar, preferimos dejar una muestra permanente con imágenes de los artistas que han pasado por aquí. Lo que pasas es que son tantos, que no caben, así que van rotando».
Un lugar tranquilo
Viejo asegura que el circuito de salas madrileño no pasa por un mal momento porque en realidad «ha sido maltratado toda la vida»: «Al vender alcohol se nos niega cualquier subvención, pero lo que no entienden es que sin venderlo es imposible mantener una sala, y sin salas no hya vida cultural. Además, cada vez que hay elecciones municipales, casualmente la Policía Municipal se pone más quisquillosa y hay más multas que puedan demostrar que el gobierno se preocupa por el ruido».
«Es bonito ver que artistas que se han hecho grandes se siguen acordando de nosotros»
Ángel Viejo
dueño de la sala Galileo
Aparte de todo esto («y de los 24.000 euros que pagamos al año de IBI», comenta entre risas), asegura no haber tenido «demasiados problemas» a lo largo de este tiempo. Es que a Galileo viene gente tranquila, que se toma una copa y ve el espectáculo, como si fuera al teatro. Que no se toma tres o cuatro, vaya. En ese sentido, estar un poco alejados del centro nos beneficia».
Al haber pasado treinta años viendo actuaciones en su sala, hay infinidad de momentos memorables que le vienen a la cabeza, «como la actuación de Tomatito con Michel Camilo , que nos dejó a todos muy impactados», pero seguro que todavía quedan muchos más por llegar. «Nosotros seguimos con la ilusión intacta, así que si el público sigue viniendo, Galileo seguirá en marcha».