Roban pistola en mano a Pocahontas, una perra entrenada para ayudar a una niña con discapacidad
Cuatro individuos se la llevaron por la fuerza tras asaltar a su entrenador en Aranjuez dos días antes de ser entregada a una familia de Málaga

Pocahontas ya estaba lista para ser el «ángel de la guarda» de una niña de 15 años con movilidad reducida. Mañana mismo, esta afable perra de dos años iba a ser entregada a una familia de Málaga, tras ser entrenada para convertirse en la sombra de su nueva dueña. Pero no una sombra cualquiera. Esta labrador retriever, de mirada dulce y un pelaje negro como el tizón, había perfeccionado sus habilidades hasta el punto de poder abrir puertas, encender luces o ayudar a vestirse a la persona que lo necesite. Un duro trabajo que, lejos de materializarse, fue truncado en seco el pasado lunes cuando cuatro individuos de etnia gitana asaltaron a su cuidador pistola en mano y le arrebataron al animal. Desde entonces, la búsqueda es desesperada, hasta el punto de ofrecer una recompensa de 800 euros para poder recuperarla.
Como cada mañana, Alfonso García entrenaba con Pocahontas en Aranjuez, localidad donde tiene una de sus bases la Fundación Bocalán, dedicada a trabajar con canes de asistencia para que acompañen a personas en situaciones de discapacidad o desventaja social. «Me gusta ir a esa zona con la perra porque son calles anchas sin mucho paso de gente ni tráfico», explica el monitor en conversación telefónica con ABC. Desde hacía un mes, Pocahontas vivía con él en su domicilio, «para ultimar el adiestramiento de forma continua», con una decena de ensayos diarios.
Poco antes del mediodía, Alfonso y Pocahontas se encontraban parados en un paso de cebra, «para reconocer dónde debe detenerse», cuando una furgoneta Renault Express de color blanco detuvo la marcha frente a ellos. «Los dos hombres que iban delante se bajaron del vehículo y me pidieron dinero», relata, sin saber entonces lo que iba a pasar a continuación: «Les dije que no tenía nada y me respondieron “¿cómo que no tienes dinero?” Cuando me quise dar cuenta, otras dos personas salieron de la parte de atrás y me amenazaron con una pistola».

Presa del miedo, Alfonso les entregó su cartera, en la que guardaba 60 euros, la documentación y tarjetas bancarias, con el objetivo de que se marcharan sin tener que lamentar daños mayores. «Pero no fue así. Antes de marcharse, uno de ellos miró a la perra y le dijo al resto que se la llevaban», añade, antes de que le pegaran un tirón a la correa y la metieran en brazos al interior de la furgoneta. Con el teléfono móvil olvidado en casa, el cuidador corrió rápidamente hasta el bar del municipio donde trabaja y llamó a la fundación. Tras ello, recogió los papeles identificativos de Pocahontas y presentó la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional, que a su vez dio parte al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y la Policía Local.
De las descripciones aportadas por la víctima, se destaca que los cuatro malhechores son varones de etnia gitana, dos de ellos con el pelo largo, de los cuales uno lleva un pendiente en la nariz. Los otros dos restantes presentan el pelo corto, llevándolo el más mayor de ellos rapado con detalles en el lado derecho. Respecto a las edades de los mismos, tres tendrían entre los 20 y 30 años y el cuarto de 30 a 40. Se sospecha que puedan residir en un poblado cercano al lugar del secuestro.
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