El restaurante donde se ideó el Capitán Alatriste

En este local se celebró la última reunión que mantuvo la Generación del 27 antes de la Guerra Civil, un homenaje a Luis Cernuda por la publicación de «La realidad y el deseo»

Miguel Grande, natural de Ávila, dio el nombre Los Galayos a la antigua Casa Rojo BELÉN RODRIGO

BELÉN RODRIGO

Un lugar histórico en el centro de Madrid con un recorrido lleno de anécdotas y curiosidades . Situado en la calle Botoneras 5, esquina con la Plaza Mayor, en el Madrid de los Austrias, Los Galayos es uno de los restaurantes centenarios de la capital que más historias esconde entre sus paredes. Es un local de varios pisos, con varios salones y salas privadas, algunos en su día formaron parte de las cuevas que se conectaban por debajo de la ciudad y llegaban hasta el Palacio Real. Por sus diversas salas han pasado diversos personajes y personalidades, desde escritores a actores pasando por políticos o jugadores de fútbol.

Conocida es la última cena de la Generación del 27 antes de la Guerra Civil, celebrada en esta casa, el 29 de abril de 1936 . Por entonces se llamaba Casa Rojo y esa noche los poetas celebraban el éxito de Luis Cernuda con “La realidad y el deseo”. Una foto inmortalizó ese momento en la que se puede ver al autor sevillano Luis Cernuda rodeado por Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Pablo Neruda, Miguel Hernández, José Bergamín, Manuel Altolaguirre, María Teresa León y Concha Méndez, entre otros amigos.

Casa Rojo se fundó en 1894 por Urbano Rojo y allí se servían tapas y aperitivos. Miguel Grande, natural de Ávila , trabajó en este restaurante con la segunda generación de la familia Rojo, que acabó por traspasarle el negocio. La viuda, con 103, sigue viviendo en el piso de arriba. Fue Miguel quien decidió el cambio de nombre e inspirado en su tierra eligió Los Galayos, zona de la Sierra de Gredos. Llegó joven a la capital y destacó por su constancia en el trabajo y profesionalidad. Pero falleció muy joven, a los 43 años, y su hijo Miguel se tuvo que hacer cargo del negocio. Contó con la ayuda de su madre Alicia , ya jubilada, y actualmente trabaja con sus hermanos Alicia y Fernando . «Mi padre me traía de pequeño al restaurante para que aprendiese la profesión y entendiese la importancia del servicio, la constancia y el esfuerzo de un negocio . Todo ello lo he heredado de él», recuerda Miguel Grande. «Y poco a poco nos hemos ido adaptando a los tiempos pero guardando siempre la tradición».

Como cervecería, primero, y luego como restaurante (aunque conserva una zona de bar) ha gozado siempre de buena fama. «Por aquí han pasado muchas personas y se han celebrado tertulias de todo tipo», recuerda el propietario. Además de la ya referida última cena de la Generación del 27, Los Galayos presume de haber sido lugar de inspiración para Arturo Pérez-Reverte, que como el propio autor dice en una dedicatoria, aquí ideó al Capitán Alatriste .

Punto de encuentro de alcaldes y políticos

Por su proximidad al antiguo ayuntamiento todos los alcaldes han sido clientes habituales de la casa, unos más que otros, y a uno de ellos le tuvieron que sacar por otra puerta para evitar dar la cara ante manifestantes durante una huelga. Cuenta con salas privadas, algunas de ellas con su propio baño, por lo que permite «gran exclusividad a los clientes». Recientemente estuvo el presidente Mariano Rajoy, acuden con frecuencia muchos futbolistas y han tenido la visita de actores de Hollywood como Julia Roberts , «que se quería llevar una jarra de sangría». En otras ocasiones ha visto como rostros conocidos de la gran pantalla rociaban de kétchup uno de los platos más exquisitos de la casa, el cordero. En las paredes hay muchas fotos que han inmortalizado muchos de estos momentos.

Tienen salas preparadas para videos y presentaciones B.Rodrigo

El boca a boca, las recomendaciones de hoteles y amigos, les funciona muy bien. Por eso conviene reservar mesa , especialmente los fines de semana, porque llevan décadas recibiendo familias para quienes comer en Los Galayos es toda una tradición. Por su capacidad, con salas que acogen hasta 100 personas, celebran bautizos, comuniones y bodas, «no muy numerosas». Y algunas salas están preparadas con pantallas para presentaciones y reuniones de empresa. «Buscamos mantener la tradición», afirma Miguel Grande. «Y cuidamos mucho la materia prima y la presentación , siempre pensando en los clientes», añade. Esa clientela fiel les permite mantener una plantilla de 50 personas . Cuentan con una carta muy amplia «porque damos mucha variedad al cliente, para todos los gustos».

Han sido testigos de todos los vaivenes de la Plaza Mayor y ahora creen que «hay más turistas pero hace falta turismo de más calidad». En Los Galayos ofrecen de lunes a viernes, para comidas, un menú de poco más de 11 euros, pensado para quien no tiene demasiado tiempo para comer, ya sea por trabajo o por ocio. A la carta el precio medio ronda los 40 euros . Una de las ventajas de la casa es que la cocina no cierra en todo el día, hasta las 24 horas. Es normal recibir a comensales a las 5 o 6, «que ya no sabes si comen o cenan».

En la familia Miguel tiene una sobrina a quien le gusta mucho la cocina. Los Grande Núñez, propietarios del local del restaurante, siguen tan ilusionados y volcados con el negocio como lo estuvo su padre, por lo que se augura un largo futuro para Los Galayos .

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