Renfe reforzará la línea C5 de Cercanías para evitar aglomeraciones y el riesgo de contagio del coronavirus

Fomento investiga las incidencias que propiciaron escenas con andenes y vagones repletos de viajeros en Atocha o Nuevos Ministerios

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Estación de Atocha, este lunes, durante la primera jornada laborable tras el decreto del Estado de Alarma Maya Balanya

Adrián Delgado y Carlota Barcala

Renfe reforzará este martes algunas líneas de Cercanías en la Comunidad de Madrid , especialmente la C5 para evitar las aglomeraciones detectadas en la primera jornada laborable tras el decreto del Estado de Alarma. Así lo ha explicado la secretaria general de Transportes del Ministerio de Fomento , María José Rallo, en una rueda de prensa conjunta que ha ofrecido este lunes junto con responsables de Sanidad, Interior y Defensa, que conforman el comité de seguimiento de la pandemia de coronavirus.

Las redes sociales se convirtieron este lunes en el reflejo de la incredulidad de los viajeros de Cercanías que se vieron hacinados, como una jornada cualquiera, en los andenes y los vagones. La escena, irracional ante las urgentes medidas de distanciamiento social impuestas por el avance del coronavirus (Covid-19), se produjeron en varias estaciones de la red madrileña -Atocha y Nuevos Ministerios, entre otras- en plena hora punta. La línea C5 que da servicio a algunas de las localidades más pobladas de la región -Madrid, Humanes, Fuenlabrada, Leganés, Alcorcón y Móstoles- fue el escenario de este incidente por una avería en uno de sus trenes.

Así lo explicaron Renfe y Adif a través de un comunicado en el que pidieron disculpas por las «incidencias en el servicio» . Ambas compañías informaron de los diversos fallos que propiciaron la demora de los trenes y las aglomeraciones que el propio ministro de Fomento José Luis Ábalos indicó el pasado domingo que debían evitarse en pleno Estado de Alarma. Sus planes por garantizar que se evite la propagación del virus y con la movilidad falló estrepitosamente en este punto.

A pesar de que la caída de la demanda respecto a la de una jornada normal fue del 85,4% , la red sufrió otros problemas que también afectaron a los usuarios. «Ha habido problemas puntuales en trenes en Pinto y Parla (el segundo de la mañana), debido a una incidencia de infraestructura que ha afectado a las líneas C1, C7 y C10. La rotura de un carril ha obligado como medida de precaución una velocidad de paso por el lugar del incidente de 5 kilómetros por hora, lo que ha provocado retrasos medios de 5 minutos en trenes de media distancia y Cercanías. El problema logró resolverse a las 9:58 horas», explicaron desde Fomento a ABC reseñando, no obstante, la «normalidad» de la jornada con más de 300 trenes en funcionamiento.

En las estaciones la sensación era diferente. Las ventanillas de información de Atocha Renfe separan a los trabajadores de los viajeros con un plástico que se ha colocado en el cristal, alrededor del interfono. Los empleados indican, a través de un altavoz, a los madrileños y turistas que guarden la distancia de seguridad. Tras las aglomeraciones de primera hora, la estación recuperó la calma tensa pasadas las nueve de la mañana. «A las siete se vivieron momentos de tensión. Parecía que era un día normal, que no se había pedido a la gente que no saliese de su casa», indicó uno de los trabajadores, sin gente ya a su alrededor. Su compañero, coincidió con él: «Las aglomeraciones se han producido tanto en los andenes como el vestíbulo. Quien diga que no ha ocurrido, miente». Añade también que le parece «denigrante» que una empresa como Renfe no entregue a los empleado s mascarillas, guantes o hidrogeles . «Trabajamos de cara al público y hacerlo en estas condiciones es un riesgo. Esto me lo he tenido que comprar yo», dijo señalando al plástico que cubre sus manos.

Por su parte, UGT exigió medidas más contundentes para garantizar el distanciamiento social como la «limitación del aforo» en andenes y vagones y el aumento de frecuencias de los trenes . Asimismo reclamaron una mayor presencia de seguridad privada y el apoyo, si fuera necesario, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en las estaciones más transitadas.

Guillermo y Nilda, originarios de Perú, viven en Nueva Jersey. Hace una semana llegaron a Madrid para asistir a la graduación de su hija, sin imaginar que, tal vez, no tendrían forma de regresar a su hogar. Ayer, deambulaban por la estación de Atocha, preguntando cómo llegar a Méndez Álvaro , después de que la aerolínea les cancelase su vuelo de retorno a Nueva York, previsto para el día 17. «Nos han reubicado en uno que sale el día 18, pero desde Lisboa. Ahora tenemos que ver cómo llegamos a Portugal. No somos de aquí y no conocemos», dijo el hombre, que piensa que la solución puede ser alquilar un coche y cruzar la frontera para evitar pasar más tiempo en Madrid. Su mujer reconoció que tiene miedo: «Cuando llegamos no, pero las cosas han cambiado enormemente en una semana. En cuestión de días, mejor dicho. No hay nadie por Madrid».

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