Dos prostíbulos en chalés junto a colegios y guarderías desatan la ira vecinal
Uno se encuentra en La Piovera y el otro está regentado por chinos en el barrio de Fuente del Berro
En el barrio de Fuente del Berro (distrito de Salamanca) hay un secreto a voces. Un prostíbulo regentado por chinos funciona de forma ininterrumpida, justo enfrente de un colegio y a pocos metros de una guardería, situada en la misma calle de los Condes de Torreanaz. «Es un burdel asiático», confirma con naturalidad una adolescente de 14 años, que pasa a diario por la fachada desgastada de este chalé.
Los menores conviven con esta casa de citas desde que tienen uso de razón. A dos colegialas no parece importarles, de hecho, llaman al timbre: «¿Tenéis chocolate?». Acto seguido, la puerta de la casa se abre y una joven asiática les entrega media tableta. Sin mediar palabra, vuelve a cerrar. Los vecinos son conscientes de lo que ocurre. «Es de toda la vida» , asegura una mujer que reside en la zona desde hace 45 años.
«Entra un hombre cada hora; a veces, cada tres» , calcula un obrero que trabaja en las reformas del chalé contiguo, donde se está transformando una antigua guardería en una vivienda. En verano, vio a «tres mujeres asiáticas, vestidas muy cortas», entrar en el inmueble, siempre con las persianas bajadas. En la calle, varios coches lucen propaganda del local.
Ayer, pasadas las dos de la tarde, un hombre mayor, asiático, con boina y cigarrillo, sale del chalé. En un español chapurreado, confirma que vive ahí con su «familia». Asiente y sonríe, pero no dice más. «Una familia china alquila la casa», corrobora otro vecino, habituado a que los «clientes» llamen a su telefonillo por error . Por ello, los inquilinos que viven puerta con puerta han desconectado el timbre.
Las denuncias por este prostíbulo encubierto se remontan a 2016. Dado que sus regentes aseguran ser un «local de masajes», según fuentes municipales, se ha incoado un expediente de cese por realizar una actividad sin licencia. Así, la orden de precinto , en manos del Área de Desarrollo Urbano, se llevará a cabo «en las próximas semanas». Mientras, las puertas de la casa de citas siguen abiertas.
«Putas fuera»
Esta situación, por ahora, impune, se reproduce en el barrio acomodado de Las Palomas, en La Piovera . «Es un infierno», lamenta una vecina de la calle Isla de Cuba, donde se instaló un prostíbulo este verano, también entre una guardería y un colegio . En el chalé inmediato cuelgan carteles que rezan: «Putas fuera» y «Aquí no es la casa de putas». Su autora los puso hace tiempo, harta del «trajín» constante de mujeres y «puteros», así como de los trastos que tiraban en la calle. Desde entonces, soporta insultos y amenazas.
En julio, el propietario del inmueble lo arrendó a «un matrimonio». «Le engañaron», critica esta vecina, que ya no duerme en la habitación principal de su adosado, donde el ruido es insoportable. «Se oye todo: portazos, tacones, gemidos» , se queja. Está cansada de llamar a la Policía, que no puede hacer nada. La única opción es desalojarlos por incumplimiento de contrato , que prohíbe el realquiler, ya que el inquilino arrienda las habitaciones por semana. Pero ya se ha enviado un segundo burofax y no hay noticias. En cuanto a las denuncias por ruido, corresponden a la vía administrativa y pueden tardar varios meses; una vez llegan, el importe de la multa es irrisorio. «Lo único que funciona es quitarles los clientes», asevera esta vecina, en pie de guerra.
Los vecinos ya han reunido más de 60 firmas, que harán llegar a la Junta de Hortaleza, para expulsar la «prostitución» y la «droga» de su barrio. Entre tanto, boicotean el negocio e increpan a los hombres que buscan la casa: «¿Vais a por putas o a por drogas?». Muchos dan la vuelta y desaparecen.
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