La Policía investiga el hallazgo de un cepo que atrapó el pie a un corredor en Campamento

La Plataforma de Entorno Meaques-Retamares atribuye la trampa a los cazadores furtivos y advierten del peligro para los vecinos y sus mascotas

Arriba, unos vecinos pasean con su mascota;a la izquierda, una cabeza de un zorro y, debajo, el cepo hallado MAYA BALANYA

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Cipriano Esteban salió, como muchos vecinos de la Colonia Gran Capitán de Campamento , a practicar deporte por los alrededores del Arroyo Meaques . La escena era la habitual hasta que, al ir a cruzar por un paso entre las zarzas, se tropezó con un gran cepo de caza que, según sus propias palabras, «casi» le «destroza un pie», «pero, por suerte», solo le pilló «la punta de la zapatilla». «Anda suelto algún demente o algo peor», denunció el residente ante la Plataforma del Entorno Meaques-Retamares, quienes advirtieron a la Junta Municipal de Latina del hallazgo y dieron parte a las autoridades.

El artilugio viejo y oxidado, de unos cincuenta centímetros de longitud, fue encontrado a principios de esta semana. El asunto ya está en manos de la Policía Nacional y de la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal , quienes, según informaron fuentes del Área de Portavoz, Seguridad y Emergencias, dirimirán quienes son los responsables de la instalación de esta trampa y si se trata de un caso aislado o se han instalado más artefactos.

Desde la Plataforma del Entorno Meaques-Retamares denuncian que quienes están detrás de este tipo de cepos pertenecen a cazadores furtivos . «En es una zona donde estaba el campo de prácticas del Ministerio de Defensa , ya en desuso. En ella hay una fauna muy variada como jinetas, turones, meloncillos, zorros, conejos ... Aunque son animales protegidos, les interesan mucho a los cazadores furtivos», explica a ABC José Antonio Esteban, miembro de la asociación.

«Antes era mucho más frecuente verles, pero aún hoy se escuchan los disparos de las escopetas a primera hora de la mañana», añade, con preocupación, ya que se trata de una zona muy transitada por corredores y vecinos que salen a pasear a sus perros. «En este caso hubo suerte, pero podría haber hecho mucho daño a una persona a una mascota », insiste.

Sanción de hasta 2 millones

Mientras la Policía investiga lo sucedido, los agentes municipales ya han dado traslado del expediente a la Comunidad de Madrid, puesto que la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad es el órgano competente para sancionar.

La captura de artes no selectiva está tipificado como delito en la Ley de Flora y Fauna Silvestres de la Comunidad y acarrea penas de cárcel . «En el 98 por ciento de los casos en los que se atrapa al responsable, la Policía lleva el caso ante los juzgados o la Fiscalía Medioambiental », explicaron a este diario desde la Consejería de Medio Ambiente.

Si la Policía considera que la infracción se corresponde con una sanción administrativa la sanción puede abarcar desde los 601,02 euros hasta los 2 millones de euros, dependiendo de la gravedad de la multa. «En general, se tipifica como una infracción grave tanto la muerte y captura de especies en peligro de extinción o especies catalogadas como vulnerables, excepto sin la valoración de daños es superior a los 100.000 euros», indicaron desde la consejería que dirige Paloma Martín.

En el primer caso, cuando la infracción es grave, la sanción va desde los 3.001 euros a los 200.000. Si se tipifica como infracción muy grave, acarrearía penas de entre 200.001 euros y 2 millones.

Habitualmente, estos animales se capturan para el consumo humano , aunque también se suelen cazar con el fin de transportarlos después a cotos privados de caza , donde cobran en torno a 5 euros por cada pieza. Si se usa para la alimentación, suelen poner cepos o lazos, que matan al animal; mientras que para el segundo supuesto, se instalan jaulas, para atraparlos vivos.

En distritos periféricos, como en Vallecas, también es común encontrarse con lazos para la caza ilegal. De hecho, en enero del año pasado, otro cepo de caza atrapó a un perro junto al parque forestal de Valdebernardo, en el distrito de Vicálvaro. Por fortuna, el animal solo sufrió heridas leves en una pata.

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