La Policía blinda el centro de Madrid y controla sin incidentes la concentración por Pablo Hasel
El enorme despliegue, con más de 200 agentes, ha evitado nuevos disturbios en la capital, con un cordón de registros en la zona de Callao
Los cánticos empezaron a las siete en una plaza del Callao cercada por la Policía. «¡Libertad, libertad, amnistía total!», gritaban los manifestantes, que alzaban la voz por segunda vez esta semana en la capital para protestar por el encarcelamiento de Pablo Hasel, condenado por enaltecimiento del terrorismo. Esta segunda jornada, no obstante, transcurrió sin incidentes en mitad de un enorme operativo , con más de 200 agentes desplegados. La batalla campal no se repitió.
El popular enclave junto a la Gran Vía atardeció blindado por todos sus flancos, con varios furgones de la Policía Nacional apostados en las calles aledañas. Antes de que comenzara la manifestación, decenas de uniformados de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los conocidos como antidisturbios, cortaban los accesos y cacheaban a los que consideraban sospechosos de calentar la plaza. Así, el peor escenario no se ha cumplido: la tensión no ha crecido, los manifestantes han gritado sus proclamas y, una hora después, han empezado a dispersarse.
«¡La Policía tortura y asesina!» y «¡Marlaska, fascista, estás en nuestra lista!» , fueron algunos de los exabruptos de la masa, concentrada detrás de una gran pancarta. El rumor de un helicóptero que sobrevolaba la plaza y apuntaba con su foco a las decenas de congregados aplacó las proclamas unos segundos. Pero solo la primera vez. Sus sucesivos vuelos no tardaron en recibir cortes de manga dirigidos al cielo: «¡Eso que vuela que caiga en la Zarzuela!». En un momento dado, un portavoz del Movimiento Antirrepresivo de Madrid , convocante de las protestas por Hasel, salió del grupo para atender a los medios. «España es un Estado autoritario que nos apalea por manifestarnos. No es un problema de gobierno es un problema de régimen. Cuando el Estado nos garantice una libertad de expresión sin pasar por la prisión dejaremos de tener razones para manifestarnos», declaró Marco Fernández.
El portavoz no tardó en culpar a la Policía de la batalla del miércoles en el ‘Kilómetro cero’, donde volaron adoquines, botellas y pelotas de goma entre nubes de gas lacrimógeno. «Cuando vinimos el miércoles a protestar nos encontramos con más represión. Estamos aquí pacíficamente como lo estábamos el miércoles, cuando la Policía reventó la manifestación», insistió Fernández, que no dio explicaciones sobre los destrozos en comercios y en el mobiliario urbano . El cordón de antidisturbios, protegidos con cascos y escudos, acordonaba la plaza por completo. A la espera. Pero a las ocho en punto, el joven se dirigió a los manifestantes. La protesta había concluido. «¡Sin violencia!», vociferaban algunos.
![Los radicales, durante la protesta en Callao](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2021/02/20/manifa2-U40543321681dAH--510x349@abc.jpeg)
Metro cortado en Callao
Solo el acceso al Metro de Callao fue cortado. Los filtros policiales, con furgones incluidos, se desplegaron en cada una de las vías que desembocan en la plaza (Carmen, Preciados y del Postigo de San Martín), formando una barrera junto a la Gran Vía. Pero el paso de los viandantes no cesó en este eje comercial mientras los manifestantes protestaban y ocupaban casi la mitad del lugar.
La previsión, ante lo ocurrido en otros puntos de España y el pasado miércoles en Madrid, era muy distinta. La ciudad estaba preparada para recibir a la turba en defensa del rapero y otra espiral de violencia. Tres días después de una primera jornada incendiaria en la Puerta del Sol, el lugar elegido fue la cercana plaza del Callao. A diferencia del resto de manifestaciones convocadas en otros puntos del país, la ubicación en la capital no se conoció hasta última hora de la tarde del viernes. «O nos organizamos y luchamos con uñas y dientes, aquí y ahora, o nos volverán a pasar por encima. ¡Por la libertad de Pablo Hasel! ¡Por la absolución de todos los detenidos! ¡Abajo el régimen!», alentaba el comunicado del Movimiento Antirrepresivo de Madrid. El hecho de que los 19 detenidos en los disturbios del miércoles fueran liberados no disuadió a los manifestantes.
![Cordón policial en Callao](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2021/02/20/policia-callao-U40543321681DbD--510x349@abc.jpg)
Los esfuerzos y la presencia policial se multiplicaron. El Ayuntamiento retiró horas antes las papeleras del centro y reforzó el dispositivo de policías municipales. Por su parte, la Policía Nacional ha desplegado cincuenta efectivos más que el miércoles, con más de 200 policías operativos. Toda precaución era poca tras el reguero de destrozos y la factura de 200.000 euros del miércoles, según los cálculos del Consistorio. No obstante, la presencia policial en toda la zona centro de la capital se alargará durante las próximas horas para evitar nuevos disturbios.
Las manifestaciones por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, condenado a nueve meses y un día entre rejas por sus tuits y letras en las que enaltece a ETA y a los Grapo —y a una multa de 24.300 euros por un delito de injurias a la Corona—, se han extendido ya durante una semana por la geografía española. Solo Unidas Podemos ha respaldado las protestas, cuestionando la actuación policial y solicitando un indulto para Hasel, si bien la formación morada matizó que no ampara a la «minoría» violenta. Ni la condena del resto de partidos, ni la tajante frase del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, («En una democracia plena la violencia es inadmisible»), han calmado las aguas.
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