La Plaza de España enciende la Navidad en Madrid
Con un concierto y efectos lumínicos, el alcalde, acompañado de los representantes de los diferentes grupos municipales, ha inaugurado el alumbrado navideño en 21 distritos de la capital
Diez Belenes que ver en Madrid estas navidades
Para encender Madrid fueron necesarias varias cosas. Primeramente el público, el sano pueblo madrileño, que desde las cinco de la tarde andaba con sus mantas y sus guantes esperando en la remozada Plaza de España -la de las «obras eternas por lo de los restos arqueológicos fenicios», según Juan de Dios López Soto - que se inaugurara la temprana Navidad. Fue necesario que la empresa Ximénez de Puente Genil se inventara, desde el sur de España y hace unos años, lo de iluminar España entera. Y también fue necesario que se pasaran, en 2020, unas Navidades distintas.
Los datos son los que son: 21 distritos iluminados, un árbol de 18 metros con más de 200 bolas que da al Edificio España, y 25 calles con diseños lumínicos nuevos. Más que «de Madrid al cielo», desde las 19.20 se puede afirmar que «de Madrid a la bombillita» . O al diodo. La cuestión era, como afirmaban Joaquín y señora, «que Madrid supere a Vigo» en lo de las luces. Un punto, este del brillo urbano y navideño, en el que insistía Manolo mientras veía llegar al equipo de Gobierno del Ayuntamiento, que la cuestión parecía ser "ganarle al Abel Caballero".
Una obsesión con Vigo, y también con Málaga, de la que Marina hacía patria chica. Un poco más tarde el Coro Joven de Madrid ensayaba unos villancicos 'ad hoc'. Un alto cargo de la empresa Ximénez, el de las bombillas, daba las últimas órdenes por WhatsApp y de viva voz, de viva voz cordobesa , para que todo saliera de dulce, que diría un navarro.
Y salió, que lo que hubo fue un apagón calculado de los edificios de la Plaza segundos antes de que empezara la cuenta atrás, y Almeida invitara a todos los grupos políticos a darle al interruptor que, con su espumillón lumínico, semejaba un detonador que Ortega Smith parecía ir a desactivar con su mascarilla de España. Consígnese que antes cantó Carolina Cerezuela, que actuó con su grupo y ejerció de maestra de ceremonias. Con todo, lo importante fue el recorrido que hizo el Naviluz, un autobús donde el alcalde subió y 'se subió' con los chicos de la prensa. Con fotógrafos que podían acabar lesionados por un semáforo.
Y el Naviluz despegó y voló por un Madrid recién iluminado. Por la Gran Vía, con un Nacimiento en los leds, o «motivos cristianos», según el regidor al que saludaban y saludaba. El cronista escuchó como Almeida saludó a un «agente de la autoridad atlético». El Naviluz, escoltado por los municipales, aparte los ya mentados «motivos cristianos», pasó por delante del nuevo edificio de Canalejas, donde sonaba algo de Sinatra con la puerta floreada. Y más tarde por delante de una bola gigante con mensajes positivos, y luego por Neptuno con la bandera de España, «para que luego diga Javier Ortega», puntualizó el regidor con sorna navideña. En la Puerta de Alcalá, un recordatorio vegetal del Patrimonio de la Humanidad del Paisaje de la Luz en mitad del Nacimiento. Y Madrid, iluminada en unas Navidades que, este año, no serán tan diferentes.
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