Plan para dinamizar los comercios «olvidados» del intercambiador de Plaza de Castilla
Solo 8 de los 30 locales disponibles permanecen abiertos. En Navidad se presentará la propuesta ganadora ideada por estudiantes de arquitectura de la Universidad Politécnica

El constante trasiego de viajeros por en el vestíbulo de la planta -2 del intercambiador de Plaza de Castilla , frente a los tornos del metro, dista mucho del silencio y la quietud que existe al otro lado del pasillo, según el pasajero se acerca a las dársenas de autobús. Un quiosco de microcréditos es lo primero con lo que se topa el usuario cuando sale del suburbano. A la izquierda, solo dos plazas permanecen ocupadas por una tienda de alimentación y una administración de lotería. Al otro lado, cinco establecimientos más, entre ellos una autoescuela, completan la triste estampa: la chapa metálica permanece bajada en los otros 22 locales disponibles, a la espera de que algún inquilino se deje seducir por el llamativo reclamo del cartel: «La mejor ubicación para su negocio» .
Cómo lograr que esa frase se convierta en realidad es el enigma que tratan de resolver los estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura a través de un concurso de ideas que ya está en marcha. Tras el visto bueno del Consorcio de Transportes y de la concesionaria del intercambiador, los futuros arquitectos llevarán a cabo el mejor de los treinta proyectos presentados antes de que acabe el año.
Por este enclave, que conecta tres líneas del metro, 21 cabeceras de la EMT y 40 de vehículos interurbanos circulan cada día una media de 60.000 personas , de acuerdo con los datos aportados por el Consorcio. Con estas cifras parece que es un negocio seguro instalarse en cualquiera de los locales acondicionados en este espacio de 650 metros cuadrados, sin embargo, solo 8 comercios resisten abiertos.
«Esta es una zona muy singular, porque el 80% del tránsito de personas se concentra en los primeros metros del vestíbulo. Por eso, los comerciantes apenas muestran interés en instalarse en el resto de plazas», comenta a este diario José Luis Antón, el gerente del intercambiador. «Buscamos una propuesta que cree otro foco de atención que obligue a la gente a recorrer todo el espacio», explica Antón.
En diciembre de 2010 el delegado del Área de Economía, Empleo y Participación Ciudadana del Ayuntamiento, Miguel Ángel Villanueva, acompañado del presidente de la Asociación de Autónomos y Comerciantes de Metro, Francisco Ferrera, y el presidente de la Confederación General de las Pequeñas y Medianas Empresas, Salvador Bellido, inauguraron este espacio comercial que, aunque menos transitado que su anterior localización, en el vestíbulo superior, contaba con mayor número de locales, más modernos y mejor acondicionados . Una decisión que, pese a estar muy sopesada, ahora lamentan.
« Nos cambiamos al nivel -2, pese a que arriba teníamos muchísimo público, por un problema de seguridad », explica Fererra. «Los locales actuales son más amplios y mejor dotados, pero, lamentablemente, va a ser bastante complicado revitalizar esa zona», se queja el comerciante.
Patrocinadores privados
Pese a la perspectiva pesimista de los comerciantes, Raquel Lasheras, profesora de Interiorismo de la Universidad Politécnica y una de las coordinadoras de los proyectos, cree que entre la treintena de propuestas se podrá dar con la clave del éxito , ya que los alumnos no solo plantearán maquetas, sino que también han realizado un estudio de viabilidad económica que haga rentable el proyecto.
«Las ideas van más allá de simples negocios. Plantean, por ejemplo, establecer zonas de coworking donde trabajar mientras se espera el autobús», relata Lasheras. «Además, todas ellas tienen que estar respaldadas y financiadas por patrocinadores privado s », matiza la interiorista.
Los estudiantes del grado de diseño de Interiores ya realizaron el año pasado una intervención similar en Moncloa. Las 19 maquetas finalistas se exhibieron durante varias semanas en el intercambiador. No obstante, esta reforma solo se aplicó a un local. Y, en esta ocasión, el reto se antoja mucho mayor.