El Pescador: la cervecería con uno de los mejores bocatas de calamares de Madrid

Este tradicional bar de la Ronda de Toledo lleva décadas sirviendo sabrosos bocadillos y raciones de calamares además de sus conocidas patatas bravas. La familia Benito ofrece un trato cercano y familiar todos sus clientes

Los domingos acuden a este bar muchos madrileños y turistas que visitan el Rastro BELÉN RODRIGO

BELÉN RODRIGO

José Benito todavía recuerda los tiempos en los que de niño cruzaba del bar al mercado central de pescado de Madrid, en la Puerta de Toledo, con un cubo en la mano. Iba a buscar el pescado fresco que le pedía su abuelo Cruz, propietario de El Pescador . Este local ganó su fama gracias a los calamares, boquerones y otras frituras que allí se servían. Era una rotonda con mucho movimiento y frecuentada por pescadores que iban a vender el producto. En las últimas décadas la vida en esta rotonda y en el barrio ha cambiado mucho pero lo que sigue igual son los deliciosos bocatas de calamares que sirven en este bar, unos de los mejores de la capital.

La familia Benito adquirió el negocio de la Puerta de Toledo número 2 en 1947, fundado en 1892 por Domingo Mollejo frente al entonces antiguo matadero de ganado vacuno que fue demolido en 1930 y sustituido por el referido mercado de pescado, hoy convertido en el Centro Puerta de Toledo. Tras Mollejo, pasa a regentar el bar Arturo Torregrosa, a quien se lo compró Cruz Benito. “Mi abuelo abría el bar a las 4 de la mañana y se cerraba a media noche por el movimiento continuo de pescadores”, recuerda José Benito. Por aquel entonces se servía vino, café y mucha fritura.

El traslado del mercado a Mercamadrid afectó mucho a los negocios de la zona, entre ellos a este bar que dejó de servir a muchos de los más de 300 camioneros que por allí pasaban a diario. “Ahora tenemos que desplazarnos a buscar el producto varias veces a la semana pero seguimos destacando por la calidad del mismo”, asegura el responsable. Es precisamente la calidad del calamar que aquí se vende tanto en raciones como en bocadillos lo que ha consolidado su fama. Sin olvidar su buena localización, al lado de El Rastro por lo que todos los domingos es uno de los bares más frecuentados por los madrileños y turistas que acuden al mercadillo. Hasta hace unos años se llegaron a servir 300 bocadillos los domingos, ahora alrededor de 100. La terraza en la ronda de Toledo está muy frecuentada en cualquier época del año, sobre todo en las noches de verano.

El Pescador fue uno de los primeros bares de Madrid con televisión B.RODRIGO

Al fondo hay sitio

En El Pescador ningún cliente se queda fuera. “Al fondo hay sitio” es lo primero que escuchan al entrar aunque el local esté lleno. “Siempre se encuentra un rinconcito para los clientes, damos un trato muy personal y aquí todo el mundo sale muy contento”, afirma José Benito. Tienen clientes habituales, de toda la vida, incluso de los que acuden varias generaciones de una misma familia. También hay muchos jóvenes, nuevos vecinos del barrio y dada la proximidad del estadio Vicente Calderón, muchos aficionados colchoneros. “Los días de partido hay un gran movimiento, tenemos clientes que desde hace años pasan por aquí para llevarse su bocadillo”, comenta el dueño. Y otros se quedan en el bar para ver el encuentro en la pantalla de grandes dimensiones. “Hay un ambiente sano , a las personas les gusta ver el fútbol y se reúnen aquí”, añade. El Pescador fue uno de los primeros bares de Madrid con televisión. “Cerrábamos el cierre para que los clientes entrasen y consumiesen y no se quedasen en la calle viendo la tele por los cristales. Mucha gente vio aquí por primera vez la televisión”, subraya José Benito.

Cruz y José Benito, abuelo y padre del actual popietario B.RODRIGO

Su padre, llamado también José, empezó a trabajar con su abuelo cuando tenía 12 años y hoy con 81 sigue pasando por allí para estar con su gente. “Le siguen llamando Pepito, aquí todo el mundo le conoce”. Desde que la familia Benito está al frente del negocio se han realizado varias obras, “la barra, por ejemplo, estaba en el lado opuesto. Hemos ido adaptando el espacio”, cuenta el dueño. Pero lo que sí han ido heredando sin realizar alteraciones son algunas de las famosas recetas , como la de la salsa de las patatas bravas . “Es un secreto, la salsa la hacía mi abuela, luego mi madre y ahora mi mujer”. El pulpo a la gallega, los caracoles o los callos, son recetas caseras. El bocata de calamares se sirve en pan estilo bombón para que esté blandito todo el día. Con un precio de 3,8 euros el bocadillo y 8,9 euros la ración, el calamar es el producto que más se vende así junto con los boquerones y las bravas. La cerveza de barril, muy bien tirada, y el vermut de grifo, que José recuperó de su abuelo, son las bebidas que más se consumen. Abren todos los días excepto los jueves, de 7 a 12 de la noche. “Es un negocio muy sacrificado, pasamos aquí muchas horas”, reconoce José. “Mis hijos son todavía jóvenes, 15 y 17 años, y queremos que primero estudien, pero ojalá que este bar dure por lo menos otros cien años”.

Tras unos días cerrado por vacaciones, El Pescador reabrió el pasado 4 de agosto, listo para todas las fiestas patronales, especialmente las de este fin de semana, La Paloma.

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