Un paseo histórico por el perímetro exterior del Real Jardín Botánico

La institución reabrió ayer el tramo exterior del Paseo del Prado tras devolver el esplendor a su verja del siglo XVIII

Turistas pasean ayer por el tramo de paseo reformado ÁNGEL DE ANTONIO

MARCO NAYA

El Real Jardín Botánico abrió ayer el recorrido peatonal que discurre entre la Plaza de Murillo y la Puerta del Rey , en el Paseo del Prado . Con la obra, que se ha prolongado durante diez meses, el histórico jardín ha restaurado el cerramiento del siglo XVIII y ha acondicionado el paseo adyacente para devolver a la fachada y a su entorno «todo su esplendor».

El espacio reformado consta de un nuevo alumbrado, nuevos jardines exteriores y unos bancos con un diseño exclusivo que permitirán al público observar el interior del recinto con calma e «invitarles a entrar». Así lo explican fuentes de la institución a ABC, Por otro lado, la restauración del tramo restante que afecta al Paseo del Prado se realizará «dentro de unos meses» y se dotará de unas condiciones similares al sector recién estrenado.

Uno de los puntos más importantes de la reforma se centró en la renovación de la verja de hierro que limita con el paseo. Instalada en el recinto entre 1781 y 1789, y deteriorada por el paso del tiempo y por los daños sufridos durante la guerra civil, la valla conservará parte de ellos como testigo de los avatares del conflicto bélico. Las obras no se limitaron al perímetro exterior. El espacio interior más cercano a la verja también se vio afectado y tuvo que estar cerrado al público durante la intervención.

«La reforma de la verja era necesaria», explica Jesús Muñoz, director del jardín. Este elemento arquitectónico ha sido determinante para que el Paseo del Prado fuese incluido en la «lista indicativa» de Patrimonio Mundial de la UNESCO . La reforma fue cofinanciada con el 1,5% del presupuesto cultural de los ministerios de Fomento, Educación, Cultura y Deportes junto a una aportación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

«Oasis madrileño»

Con esta actuación, el Real Jardín Botánico busca mejorar su estética exterior con el fin de atraer a más visitantes a sus instalaciones. En ellas, cualquier persona puede introducirse en un frondoso recinto compuesto por alrededor de 24.000 plantas de cerca de 8.000 especies diferentes importadas desde todas las partes del mundo .

En los diferentes sectores del recinto, turistas y ciudadanos pueden descansar en plazas delimitadas por todo tipo de elementos botánicos que, junto a una arquitectura y unas fuentes integradas en el paisaje, trasladan al visitante a un espacio que parece muy alejado del bullicio madrileño . Esto se complementa con estanques, pabellones de exposiciones, una terraza repleta de bonsáis e invernaderos cuya vegetación evoca a ambientes tan diversos como el desierto o zonas tropicales.

«Es un oasis en el corazón de Madrid», aseguró Marta Lanzón, una turista que visitó ayer la zona botánica. Esta es una idea compartida por la mayoría de los visitantes del recinto, como el estadounidense Stephen Ross, quién afirma acudir a ver las diferentes plantas «siempre que pasa por Madrid» para «escapar del calor». Esta característica es, precisamente, uno de los principales reclamos del jardín histórico al ser un lugar perfecto para huir de las altas temperaturas que azotan a la capital en verano y para conectar con una cuidada naturaleza.

Un paseo histórico por el perímetro exterior del Real Jardín Botánico

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