Parroquia de Santa Ana y la Esperanza: el primer templo de la reforma litúrgica
Enclavada en el barrio de Moratalaz, esta iglesia rezuma carisma y espiritualidad
![Exterior del templo, obra del arquitecto Miguel Fisac](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2017/12/16/parroquia-kq2C--1240x698@abc.jpg)
Siempre podremos decir que la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, en Madrid, entró por Moratalaz. Una placa, junto al enrejado del jugoso patio de acceso, reza: «Esta parroquia de Santa Ana fue proyectada en 1965 por el arquitecto Miguel Fisac, siendo de las obras pioneras en las que se aplicaron las directrices litúrgicas del Concilio Vaticano II». Miguel Fisac, de nuevo, artífice de la reforma arquitectónica. Miguel Fisac en la pedagogía de una celebración litúrgica, lengua vernácula, teología del pueblo de Dios, pueblo de bautizados. Miguel Fisac, que en memoria de su hija Anaick, fallecida a los 7 años, manda esculpir una sencilla escultura que sostiene la lámpara del sagrario. Miguel Fisac, autor de un templo con planta en forma de óvalo, ligeramente inclinada, que converge en el presbiterio; bancos en abanico –por él también diseñados–; cubierta que no llega hasta el muro de la cabecera dando paso a un lucernario; hormigón visto en el interior y en el exterior, vigas hueso y tres espacios de muros cóncavos con las imágenes de Cristo crucificado, el conjunto escultórico de la Virgen, Santa Ana y el niño, y el sagrario, obras de José Luis Sánchez.
Parroquia de Santa Ana y La Esperanza, la virtud teologal, calle Cañada 35, dos nombres con historias paralelas, santa Ana y La Esperanza. Moratalaz, pongámonos en el Plan de Estabilización de 1959, aluvión, inmigración interna, imán del progreso de España . En Moratalaz, entonces, solo el Hogar Ferroviario, construido en 1925, y el Barrio de las Latas, un poblado humilde en las proximidades del arroyo Abroñigal. La empresa Urbis compra los terrenos y comienza la expansión constructora. En esas, el arzobispo Casimiro Morcillo diseña la nueva faz de la iglesia que es parroquia y firma el 3 de marzo de 1965 la cesión de superficie para la construcción de los templos. Y aquí se mezclan las historias de La Esperanza, entonces advocación mariana, comunidad hermanada con la de San Manuel y San Benito, centro y periferias, encomendada a la Orden de San Agustín, OSA, un templo sencillo, polivalente, y una comunidad viva. Y la parroquia de Santa Ana, cuyo templo, el actual, es consagrado el 18 de diciembre de 1966 . Fue, por cierto, el otrora y famoso provincial Nicolás Castellanos quien solicitó en marzo de 1977 al arzobispo Tarancón la unificación de ambas parroquias. En la historia de los párrocos de esta comunidad unida nos encontramos con un afamado periodista, el padre Rafael del Olmo Veros, y, cómo no, con el actual Vicario de Madrid, el agustino padre Ángel Camino Lamelas, siempre apreciado.
Porque la presencia del carisma y la espiritualidad de los agustinos se palpa en cada esquina. El actual párroco, José Luis Martínez, también psicólogo de profesión , está acompañado en las tareas por los religiosos Jesús López, Iván Pichel y Cándido Martín. Una comunidad en la que no falta de nada. Con tres objetivos para este curso, el cultivo de las vocaciones, el cuidado de los enfermos, los carenciados y las personas solas (que cada vez son más), y la mejora de la comunicación, que es un signo de los tiempos, en esta parroquia se vive la espiritualidad de la unidad y la coherencia, que siempre hacen comunidad.
El folleto del Programa Pastoral 2017-2018 es un auténtico vademécum que debiera ser estudiado en los cursos de pastoral aplicada. Abren la paleta los sacramentos y el cuidado en las celebraciones, que por cierto llenan los domingos la iglesia. Y las oraciones, con la llamativa de las Fátimas, grupo oracional por las vocaciones. Los grupos parroquiales , de entre los que hay que destacar los diversos Consejos, la Fraternidad Laical Agustiniana, la pastoral sanitaria, los de formación bíblica, los teatreros, o quienes se dedican a las misiones, las conferencias coloquio, con temas bien actuales, son un mosaico completo. La caridad de la parroquia atiende a unas treinta familias en lo necesario. Y toda esta actividad (más las catequesis en todo el proceso y los grupos de jóvenes) es posible porque el principio de participación de los fieles es una realidad tangible. Los religiosos sacerdotes acompañan y alimentan, pero el protagonismo es de la comunidad. Toma y lee. Mejor, acércate y comprueba.