IGLESIAS DE MADRID

Parroquia Santa María del Buen Aire: un hogar para las familias en Moratalaz

Protegida por un entorno agradable, con su jardín y sus altivos cipreses, se erigió canónicamente el 11 de agosto de 1970 y su templo se inauguró el 28 de febrero de 1982

Exterior de la parroquia Santa María del Buen Aire, en Moratalaz Horariodemisas

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Entre las calles de Moratalaz que tienen nombres relacionados con la conquista y evangelización de América, está la parroquia de Santa María del Buen Aire, calle Encomienda de Palacios, 192. Una parroquia protegida por un entorno agradable, con su jardín, sus altivos cipreses, que se erigió canónicamente el 11 de agosto de 1970 y cuyo templo se inauguró el 28 de febrero de 1982 . Obra de Luis Cubillo de Arteága, un arquitecto que, en esa época, construyó varios templos que se caracterizan por su sencillez formal, por el carácter intimista de su espacio interior y por el colorido de las vidrieras, que aquí están dedicadas a los Evangelistas.

Como señala Jesús García Herrero, en su tesis doctoral 'La arquitectura religiosa de Luis Cubillo de Arteaga (1954-1974)': «Más allá del ámbito de las creencias, existe una evidencia contrastada por Delgado Orusco y Fernández Cobián: la arquitectura sacra de los años 50 y 60 ha tenido un papel destacado en la vanguardia arquitectónica española y se han producido edificios que, aún hoy, no han sido superados. Todavía no conozco a nadie que no se conmueva ante el espacio que Fisac diseñó para el Teologado de los Dominicos en Madrid». Así ocurre también en la Iglesia de Santa María del Buena Aire , que cuenta con una preciosa imagen de esta advocación mariana –del escultor Manuel Rodas– y con un imponente Cristo crucificado, obra de Juan Manuel Martín-Munuera, autor también de las vidrieras.

Por cierto que la advocación de Santa María del Buen Aire tiene una preciosa historia. En tiempos de conquistas y conquistadores, don Pedro de Mendoza fundó en el Río de la Plata un fuerte, el Real de Santa María del Buen Aire, que dio lugar a la ciudad de Buenos Aires. Una de las imágenes de referencia de esta advocación está en Sevilla en el Palacio de San Telmo. Una imagen que en sus manos tiene una barca, como ocurre con la de esta parroquia, una barca sin velas, una barca que ha sufrido la inclemencia de la historia, que ha podido con el velamen, pero no con la mano firme de quien lleva el timón de la vida.

Ya lo decía san Agustín: «Cuando toda la bravura de los hombres decae y los timoneles que se sustituyen para asegurar la ruta de la nave no pueden ya más contra la violencia de las olas, y desplegar las velas es más peligroso que útil, cuando ya son vanos los medios y los esfuerzos humanos, a los navegantes no les queda sino recurrir a la oración y clamar al Cielo» (Serm. LXXV, 3, 4).

Desde hace quince meses el párroco es el sacerdote Juan Antonio Martínez Garrosa . Sacerdote entregado que sabe de lo esencial de la propuesta cristiana para la sociedad de hoy. En este barrio se mezcla una población de avanzada edad con los núcleos de inmigración procedentes de los más diversos países de Hispanoamérica. Expresión de la misma arquitectura que combina las casas de alturas medias con las grandes torres habitadas por las nuevas generaciones de profesionales.

La actividad parroquial pivota sobre dos ejes bien centrados. El primero, la catequesis, que volcada en el domingo, con medio centenar de niños en un proceso sólido de formación de la fe, y con una propuesta novedosa a los adolescentes y jóvenes basada en el método Life Teen.

El otro centro es una Cáritas que no ha dejado de funcionar en ningún momento de la pandemia, que atiende a 120 familias con alimentos, ropa, alquileres y atención a imprevistos. La Cáritas de esta parroquia recibe la ayuda de la Hermandad del Roció en lo que se refiere a alimentos.

Hay además un grupo de pastoral social que aborda las cuestiones de actualidad desde la Doctrina Social de la Iglesia. También un grupo de adultos que comparte su fe, a través de una lectura creyente del Evangelio, que se denominan así mismos «Parábolas». No hay que olvidar el grupo de limpieza y mantenimiento de la parroquia que hace posible el milagro de cuidar el templo como si fuera su casa. Es importante la Adoración con el Santísimo Sacramento de los miércoles, de gran afluencia de fieles.

Ahora queda seguir sembrando para que la parroquia sea el hogar de las familias, un lugar de acogida, encuentro, vida espiritual. Aquí se valora la información sobre la vida y las actividades como una forma de intercambio y comunión entre los fieles. En los tablones de la parroquia se invita a recibir las noticias a través de un número de WhatsApp.

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