La parroquia de San Hermenegildo, escuela de cristianismo
Su discreta fachada esconde uno de los templos con más «inteligencia de fe»
La parroquia de San Hermenegildo , calle Fósforo, 4, pasa demasiado inadvertida al viandante, no al vecino del barrio, al fiel de toda la vida. Lo que la fachada esconde es uno de los templos contemporáneos diseñados con más inteligencia de fe que he visto, no sé si con posibilidades económicas. Plano circular en el que el altar es el centro. Un espacio capaz de acoger a quinientas personas, con una superficie doble, un piso subterráneo dedicado a locales parroquiales. Luminoso y acogedor, destaca por unas vidrieras en las que, entre otros motivos, está representado el martirio de san Hermenegildo. Tal y como cuentan las crónicas de la parroquia, tenemos que trasladarmos a los años cincuenta y sesenta del siglo pasado con la remodelación arquitectónica del entorno de la Virgen del Puerto y la construcción de la colonia militar.
El 18 de marzo de 1968, monseñor Casimiro Morcillo decretó la erección canónica de una nueva parroquia dedicada a san Hermenegildo, ejemplo santo de firmeza y fortaleza en la fe, clave para la historia de fe de España. Después de permanecer varios años en estado de cimentación inicial, el 14 de mayo de 1971 se nombró cura ecónomo al sacerdote, procedente de la diócesis de Osma-Soria e incardinado en Madrid como profesor del Seminario Mayor, Ignacio Leal Duque. Junto con una comisión parroquial de seglares , integrada en su mayoría por militares coordinados por José María Michelena y el farmacéutico Narciso García de Vinuesa, ideó el modo de sacar adelante las obras proyectadas por el arquitecto Camuñas y ampliadas por Lapayese. Surgió la «Operación ladrillo» como medio de obtener una fuente de ingresos. Consistía en que cada familia, o cada fiel, se comprometía a «comprar» un ladrillo al mes por el módico precio de 25 pesetas . Y así la parroquia entró en la entraña del barrio y el barrio construyó su identidad en torno a la parroquia. Un barrio, por cierto, que ha sufrido como pocos la historia asesina de la banda terrorista ETA.
Desde hace unos meses está al frente de esta comunidad el sacerdote Jesús Delgado Rodríguez que, como nota curiosa dentro de la estadística diocesana, cuenta con tres sacerdotes colaboradores. ¡Y qué tres sacerdotes! Nada menos que el Rector de la Universidad Eclesiástica san Dámaso, Javier María Prades López, y los teólogos y profesores Gabriel Richi Alberti, Juan Miguel García Pérez e Ignacio Carbajosa. En sí mismos, una Escuela de teología.
Desde que el párroco vino a esta comunidad no deja de sorprenderse por la acogida de los fieles y su profundo sentido religioso. Una parroquia que cuenta con cerca de dieciocho mil feligreses , cantidad nada desdeñable para la media del arciprestazgo. Es cierto que la media de edad de la feligresía es alta, pero también que se está produciendo un cambio generacional en la zona. Máxime si se lleva a cabo la construcción del entorno de Madrid Río ocupado por el antiguo estadio del Atlético de Madrid , territorio adscrito a esta parroquia .
De entre las actividades de la parroquia hay que destacar la iniciativa de formación de la fe, la Escuela de cristianismo, en la que participan unas cuarenta personas. Son pocos los niños de la catequesis tanto de iniciación cristiana como de confirmación. En el territorio parroquial existe un colegio concertado que llevan las religiosas Franciscanas de la Purísima Concepción . La Cáritas parroquial, que tiene la acogida los jueves, ayuda a unas treinta y seis familias también con alimentos porcedentes del Banco de Alimentos. La feligresía es muy generosa y eso se percibe en las campañas especiales y en la atención y disponibilidad a las necesidades de la parroquia.
Hay un grupo de voluntarios que dedican su tiempo al apoyo escolar, tarea que el párroco quiere ampliar con el estudio de los niños y jóvenes en los locales parroquiales, vida de familia al fin y al cabo. «La Iglesia es una vida, y la parroquia está para hacer presente esa vida y que los fieles puedan vivir en ella. Rezar, celebrar los sacramentos, cuidar la transmisión de la fe, manifestar la predilección por los más pequeños, por los pobres y los necesitados, según José Luis Delgado, son las acciones que están en la entraña de la parroquia». Y en eso está empeñado quien ofrece una notable muestra de realismo y sentido común. Buen inicio.
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