Parroquia del Buen Pastor: una unidad pastoral abierta al barrio
Situado en Palomeras Bajas, el templo es una prolongación del hogar de sus vecinos
![El altar de la parroquia del Buen Pastor](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2021/12/04/parroquia-kK8D--1248x698@abc.jpg)
Las transformaciones que está experimentando Vallecas también afectan a la Iglesia. Se podría decir que es el barrio en el que más se está avanzando en la experimentación de nuevas formas de atención pastoral. Ahí prolifera la iniciativa de las unidades pastorales. Como la historia es maestra de la vida, tenemos que remontarnos a esa filosofía del que fue arzobispo de Madrid, don Casimiro Morcillo, que quería que las parroquias estuvieran a pie de calle , cerca de las casas de las personas, como una prolongación de su hogar, en un radio no muy lejano. De ahí, la abundancia de parroquias en esa época, hace ahora algo más que cincuenta años.
Pero el tiempo ha cambiado las reglas de juego, la sociedad ha mutado y los recursos ahora son más escasos. Estamos en la avenida del Parque de Palomeras Bajas, 22, en del mismo nombre, que también se llama Madrid Sur y que tiene su fisonomía propia, alejada de la imagen tradicional de otras zonas de Vallecas.
En este entorno hay dos templos, el de Buen Pastor y, a unos 500 metros, Nuestra Señora del Consuelo, que es el templo en un bajo más recoleto de Madrid. Desde el año 2017 ya no hay dos parroquias, hay una unidad pastoral, Buen Consejo-Nuestra Señora del Consuelo, atendida por un párroco, Antonio Joaquín de la Torre Munilla, y un sacerdote estudiante que le ayuda, Marcos Weinzettel Sambade.
Parece que la experiencia está funcionando, que los feligreses entienden lo que significa compartir la vida, la liturgia y los procesos de formación . Aunque hay celebraciones que se desarrollan en cada uno de los templos, el espíritu es común. Por ejemplo, la oración con el Santísimo de los jueves todo el día se celebra en Nuestra Señora del Consuelo.
Caridad
En la unidad pastoral cuentan con la ayuda de una comunidad de Ursulinas de Jesús, que llevan las visitas a enfermos, que esperan retomar pronto después de la pandemia. El problema de la soledad de las personas mayores se agudiza en estos momentos y representa un reto también para la unidad pastoral. También hay un comedor social regentado por las Misioneras de la Caridad. Durante el confinamiento las hijas de la madre Teresa de Calcuta estuvieron por el barrio repartiendo comidas, un hecho que impactó mucho a la gente del barrio.
La dinámica de la unidad pastoral está facilitando que se intensifique su presencia en medio del barrio, una unidad en salida misionera. Y no solo por las procesiones que se organizan en determinadas solemnidades entre un templo y otro. Se ha incrementado esa vocación de apertura al barrio. Por ejemplo, la muestra de arte urbano de Vallecas de los setenta, que se está exponiendo ahora, o las iniciativas sociales.
Aunque no es un barrio que tenga grandes bolsas de pobreza, Cáritas atiende a un número no desdeñable de familias a través de un acogida personal, del acompañamiento, también psicológico y espiritual, y con la entrega de unas tarjetas con las que se puede hacer la compra en los centros comerciales de la zona. Ahora se está potenciando el trabajo en el servicio de acogida a los inmigrantes sin papeles, en donde se les asesora a la hora de legalizar su presencia en España, condición para una adecuada búsqueda de empleo.
Hay un grupo de jóvenes bastante numeroso , divido por edades, en el que los mayores se ocupan de acompañar en la fe a los más jóvenes. En el territorio de la unidad pastoral hay un colegio diocesano, María Inmaculada Mogambo, que trabaja estrechamente con la parroquia y que se convierte en un buen termómetro de lo que pasa en el barrio. No pocos de los jóvenes que ahora están en los grupos parroquiales han salido del colegio.
Respecto a la vida litúrgica y de oración, hay que destacar las Vigilias tanto de la Inmaculada como del domingo del Buen Pastor. Durante estos días, como forma de hacerse presente en el barrio, la parroquia está dejando en cada buzón una sencilla felicitación de Navidad. Pronto llegará el festival de Villancicos, en el parque contiguo al templo funcional y acogedor. Una forma de sembrar vida, ilusión y esperanza en el barrio.
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