Cartas a la alcaldesa

El parque

Le están dando ustedes un aseo a la zona que viene quedando entre bien y muy bien, sólo que llevamos muchos meses, más de cuenta en la faena

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Hay en curso, alcaldesa, una adecentación general del Parque de Breogán, y, del tirón, de una amplia zona concéntrica. Hablo del Parque de las Avenidas. De modo que le están dando ustedes un aseo a la zona que viene quedando entre bien y muy bien, sólo que llevamos muchos meses , más de cuenta en la faena. Lo digo porque paseo por ahí a menudo, y me leo los cartelones que ustedes colocaron en su momento, para que se enterara el peatonaje de la zona, o bien el peatonaje de paso. La cosa iba para siete meses, y llevamos ya nueve, si a uno no le salen mal las cuentas. O más.

Ya digo que están muy bien los enrejados de las zonas ajardinadas y las propias zonas ajardinadas, que se han repoblado de arbustos y otras amenidades. Las mejoras se han ido haciendo con mucho compás, o sea, sin prisa, y con alguna pausa . Sabemos, por el tópico, que las obras siempre duran más de lo pensado, y a veces más de lo presupuestado. En este último capítulo uno no va a entrar, porque un presupuesto es un laberinto, y aún más un presupuesto municipal, pero en lo primero, o sea, en lo pensado, sí, porque la obra sigue para largo, ya le digo.

En el Parque de Breogán , en concreto, hay camiones de faena, según las rachas, pero uno se asoma, va, mira, remira, y ahí no queda gran cosa por hacer, si es que queda algo. El trajín de gentes, no obstante, es un trajín de goteo, y no sabemos bien si van a remirar lo ya concluido o bien van esas gentes por mero recreo. Se comprende mal, o no se comprende.

Parece que todo se hubiera concluido, pero no, porque aún circulan obreros, y porque ahí sigue el cartelón anunciador de la reforma, como si la reforma aún estuviera casi en vísperas. Se entiende, eso sí, que la vegetación aún requiera un afinamiento, porque la vegetación exige sus calendarios, y no es lo mismo anclar una baranda de forja que resituar dos abetos. A la zona se le nota el aseo, francamente, pero es un despiste caminar, mientras no se sabe si la demora en los remates es obligación, oficio o desidia. Se sabe que estamos por ahí en obras. Pero hasta cuándo.

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