Los palacetes desde donde se vigila que se cumplan las reglas del juego de los mercados
La antigua sede del Banco Urquijo y la casa palacio Fontegud acogen desde 2013 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. En el sótano de la entidad bancaria se encontraba el primer ordenador que llegó a España desde el que se calculaba el PIB del país
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) , creada en 2013, tiene como sede dos emblemáticos edificios de Madrid: la antigua sede del Banco Urquijo , en la calle Alcalá, y el antiguo palacio Fontagud , en la de Barquillo. Ambos comunicados y con un pasado en común, cuando fueron la sede de la Tabacalera, cuentan con interesantes historias y todavía hoy es posible contemplar la grandeza de estos inmuebles.
El Banco Urquijo se estableció en Madrid en 1921 , en el edificio de Alcalá 47, esquina a la calle del Barquillo. Este inmueble de viviendas construido en 1858 fue adquirido por el marqués de Urquijo para establecer su residencia, en 1897. Un inmueble clásico y de estilo español similar al de la casa matriz en Bilbao y que fue reformado para responder a las nuevas necesidades por el arquitecto Ricardo Bastida y Bilbao. «Este banco fue el corazón de la industria española que permitió que se desarrollaran los industriales», subraya a ABC Mar Díaz Varela, directora de comunicación de la CNMC. Fue necesario cambiar la distribución del edificio y replantear el espacio para acoger las cajas y las calderas en el sótano, las taquillas del patio de operaciones en el hall así como los despachos de los directivos y en el resto de los pisos se transformaron en locales y oficinas de alquiler. Hubo posteriores intervenciones como la realizada por José Antonio Domínguez Salazar para reforzar la estructura con vigas de hierro, en 1964 cuando se reformó el antiguo patio de operaciones, y en 1976 para añadir al edificio un piso en forma de ático. Entre las anécdotas de este edificio está la de haber tenido en el sótano el primer ordenador que hubo en España. «Julio Alcaide venía por las tardes a trabajar con el ordenador para calcular el PIB del país», cuenta Amadeo Petitbó, presidente del entonces Tribunal de Defensa de la Competencia entre 1995 y 2000.
Palacio Fontagud
Si nos vamos al segundo edificio, conocido como la casa-palacio de la familia Fontagud y Gargollo, nos remontamos a 1865 , año de su edificación. Su autor, el arquitecto Narciso Pascual y Colomer , realizó también otras conocidas obras como el palacio del Congreso de los Diputados y del palacio del Marqués de Salamanca. El acceso principal al palacio estaba en la plaza del Rey y la puerta de servicio en la calle Barquillo, a través del portal actualmente existente. José María Fontagud y Gargollo fue un importante banquero y empresario teatral y estuvo casado con Matilde de Aguilera y Gamboa, nieta del marqués de Cerralbo. El palacio, con planta casi cuadrada, incluía la zona familiar, oficinas bancarias y un jardín. Dos décadas después, en 1887, la Compañía Arrendataria de Tabacos adquirió el edificio a la familia Fontagud. Se acababa de constituir esta entidad y contaba con el monopolio de la fabricación y venta de tabaco en España.
Se realizaron varias adaptaciones y ampliaciones hasta llegar a la situación actual. Primero, en 1909, se eliminaron las cocheras y se cerró la fachada a la calle Barquillo para ampliar el palacio. También en dicho año se reformó una planta baja y se abrió una botica en la esquina de Barquillo y Plaza del Rey. Ya en 1927 se realiza una segunda ampliación al ocupar el jardín posterior. El arquitecto Luis Blanco Soler es el autor de esta intervención de la que procede la importante vidriera que cubre el vestíbulo y patio de operaciones. «Es el único edificio público con el escudo de España de la República », resalta Díaz Varela. En la biblioteca de este palacio uno de los estantes es una puerta secreta que da a una escalera que llega a un pasadizo por donde se dice que «Fontegud se escapaba ya que estaba comunicado bajo tierra con el Convento de las Siete Chimeneas, el Teatro Infanta Isabel y el Circo rice», indica Mar Díaz Verela.
Las obras continuarían más adelante, cuando Tabacalera adquiere en 1946 el edificio y Mariano García Morales añade al conjunto una cuarta planta en forma de mansarda y se habilita la original planta de ático. Tabacalera se hace en 1981 con el otro edificio de Alcalá 47 y esta vez será Mariano Bernuy Tejedor el responsable de la unión y adaptación de estructura de ambos edificios.
Cambio de propietarios
Con el cambio de siglo hubo también cambio de propietarios de ambos edificios. En el 2000 Patrimonio del Estado compra el palacio Fontagud para ser la sede del Tribunal de Defensa de la Competencia mientras que el antiguo Banco Urquijo lo compró la Comisión Nacional de Energía . Era momento de acometer nuevas obras para adaptar el espacio a sus nuevas funciones. En octubre de 2013, ambos organismos quedaron absorbidos por la recién creada CNMC en la que se aunaron las comisiones nacionales de Energía, Mercado de las Telecomunicaciones, Competencia, Regulación Ferroviaria, Sector Postal y Medios Audiovisuales. Es un organismo independiente que promueve y defiende el buen funcionamiento de todos los mercados en interés de los consumidores y de las empresas. «Desde aquí se vigilan muchas cosas: que las editoriales no se compinchen para que los libros sean más caros para las familias, que las constructoras no acuerden la subida de servicios como la recogida de basura o la regulación energética», recuerda la responsable de Comunicación de la entidad. Gracias a esta vigilancia, por ejemplo, descubrieron este año que quince empresas se repartieron concursos públicos de obras ferroviarias.
Con otra sede en Barcelona, la CNMC cuenta con algo más de 500 trabajadores de los cuales unos 400 están en estos dos palacetes “poco funcionales” como decía César Alierta durante su etapa como presidente de Tabacalera. Ninguno de los dos edificios fue concebido para ser oficinas a pesar de las modificaciones realizadas a lo largo de los años. No es posible realizar visitas particulares a los inmuebles aunque ya han pasado más de 10.000 alumnos de colegios de toda España para conocer cómo funciona un organismo regulador en el que recuerdan que las puertas están abiertas para todos. Para garantizar que se cumplen las reglas del juego « es muy importante la colaboración ciudadana».