El «pacto de las sudaderas» de los compañeros de clase de los fallecidos en el ascensor
Los estudiantes del Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo dieron una emotiva lección de unidad durante el homenaje a dos «jovenes ejemplares»
Cada año, al acabar el curso, los estudiantes de 2º de Bachillerato del Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo diseñan una sudadera en la que serigrafían los nombres de todos los componentes de la promoción. Todos ellos, en conjunto dibujan siempre una fecha, concretamente el año en el que nacieron quienes encargan esta prenda para celebrar que su época como colegiales toca a su fin y llega el momento de dar el salto a la universidad.
Este año, el ritual también se ha repetido y «los chicos del 99» también hicieron una sudadera que, después de que dos de ellos perdieran la vida en un desgraciado accidente de ascensor , se convirtió en algo más que una sudadera.
Con flores en las manos o sin ellas, con lágrimas en los ojos o ya derramadas, los alumnos de la promoción de 99 eran ayer inconfundibles. Todos llevaban una sudadera en la que estaban inscritos dos nombres que ya no están, pero que no olvidan. «Es que era una chica 10» , dice una de sus compañeras sobre Belén, que ya tenía la hoja de ruta de su futuro diseñada: «Quería hacer Derecho». Además, como admitieron sus profesores, era buena estudiante; igual que José, quien además de jugar en el equipo de baloncesto del barrio, era bueno en Ciencias . «Yo soy malísima en Matemáticas y él me ayudaba sin poner nunca una mala cara».
«Yo estuve con ella antes de hacer el último examen repasando la materia pero al terminar no hablé con ella», subraya Mercedes, compañera de Belén en Historia del Arte , curiosamente el último examen que hizo antes de acudir a una comida con sus amigos en el ático del edificio donde residía que acabó en tragedia.
«Aún estamos en shock», manifestó la joven minutos antes de volver a reunirse con sus compañeros en la iglesia del colegio, que organizó un homenaje a los dos desaparecidos en presencia de los padres de ambos y el personal docente. «Nos dejan un hueco en el corazón», lamentó Antonio España, director del centro con voz entrecortada.
Ese espacio, sin embargo, nunca estará vacío en esas sudaderas que desde ayer son un símbolo de unión entre los «chicos del 99», que tampoco olvidarán a Belén y José.
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