Oleada de alunizajes a negocios de alimentación chinos en Latina

Los delincuentes, más jóvenes e inexpertos, trasladan este método de robo de las tiendas de lujo a las de barrio

Dos encapuchados roban en el restaurante Jardín de Oriente tras reventar la puerta con mazas ABC
Aitor Santos Moya

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Enero negro para los comerciantes de alimentación chinos instalados en el distrito de Latina. Desde la noche de Reyes, al menos tres negocios han sido objeto de alunizajes, bien por medio de mazas o empotrando directamente un vehículo contra el cierre metálico. El primero de los hechos tuvo lugar en el barrio de Batán, cuando un grupo de encapuchados irrumpió la madrugada del 6 de enero en el restaurante Jardín de Oriente (calle de Villamanín, 31) después de romper a golpes el cristal de la puerta de entrada. En apenas unos minutos, desvalijaron el dinero de las máquinas tragaperras, la caja registradora y todas las cajetillas de tabaco. Se da la circunstancia de que el establecimiento llevaba días cerrado debido a la cuarentena que guardaba su propietario tras dar positivo en Covid-19, por lo que se sospecha que los malhechores planificaron de antemano el asalto.

Tras ello, dos tiendas de alimentación, en este caso del barrio de Lucero, han sido el blanco de los maleantes. A principios de esta semana, un grupo de individuos reventó con un vehículo el cierre de un local de la calle de Saturnino Morán. El alunizaje, que tuvo lugar alrededor de las 6 de la mañana, sorprendió a los vecinos del bloque, asustados por el fuerte estruendo. También reciente es el intento de robo en otro comercio asiático de la calle de la Alhambra. Los autores trataron de romper el escaparate, protegido con rejas, sin poder finalmente lograr su cometido.

Fuentes policiales señalan a este periódico que los nuevos aluniceros son cada vez más jóvenes e inexpertos: «La mayoría no tienen cabeza y entran en la primera tienda que pillan». Dado el elevado número de robos, son varios los comerciantes que están encontrando cada vez más dificultades para asegurar sus negocios. Respecto al «modus operandi», los investigadores son conscientes de que estos delincuentes suelen emplear coches del grupo VAG antiguos. «Son máquinas muy baratas», inciden las mismas fuentes, por lo que no tienen reparo en llevar a cabo el método de ensayo y error: «Normalmente van probando. Si ven que ahora en los bares no hay tanto dinero, se van a por las tiendas de alimentación y supermercados».

Esta modalidad delictiva, empleada habitualmente para saquear joyerías y otras tiendas de lujo , se ha trasladado a todo tipo de establecimientos. Los más avezados en la materia, como Gregorio Rodríguez García, el conocido «Goyito», han centrado sus últimos palos en locales de telefonía, naves industriales e incluso casas de apuestas. El pasado 4 de enero, aprovechando un permiso carcelario por Navidad, se presentó junto a otros individuos en un comercio de Orange de Parla, donde perpetró un atraco con violencia.

La rápida investigación policial concluyó con la enésima detención de un tipo que, para evitar volver a prisión, se había hospedado en un hotel de Pinto con una identidad falsa. Su adición a las drogas y su alto grado de peligrosidad al volante a la hora de ser abordado por los agentes, lo convierten en uno de los aluniceros más peligrosos.

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