Nuestra Señora de la Peña: un futbolín parroquial
En 2000, este templo se unió a la Iglesia de San Felipe Neri, en pleno barrio de Vallecas
Puente de Vallecas . Dicen que el distrito con menos renta «per cápita» de todo Madrid. Confluencia de las calles Puerto de Canfranc con la calle López Recuero. La parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia y San Felipe Neri es un templo anejo a un recoleto claustro, o un claustro que da acceso a un cuidado templo. Pero la clave de esta parroquia, al menos en horario de salida de los colegios, es un futbolín. El futbolín, colocado en un lateral del claustro, al que se abalanzan los niños del barrio en cuanto salen de clase. Un futbolín, oportunidad de conversación entre los sacerdotes y los jóvenes. El futbolín, punto de encuentro de las madres y los padres de los más pequeños. El futbolín , símbolo de una Iglesia que contribuye a que los habitantes del barrio se acerquen a la parroquia con signo de explícita amistad.
La fórmula de la pastoral es bien sencilla. De hecho, hay quien se pregunta por qué hay casi un centenar de niños en la catequesis. Puertas abiertas, las de la Iglesia, las del despacho, en el que atienden a todas horas dos jóvenes sacerdotes, en perfecto tándem, el párroco, Jesús Pinto, y el recién incorporado vicario parroquial, Antonio García Hernanz . Un barrio, por cierto, en el que la oferta del supermercado religioso es no pequeña: tres templos de distintas confesiones evangélicas, una mezquita y una salón de los Testigos de Jehová. Un barrio de presencia inmigrante, principalmente procedente de hispanoamérica, de países árabes y de china.
La Parroquia Nuestra Señora de la Peña fue construida en el año 1970, aunque su decreto de erección está fechado el 16 de julio de 1965, festividad de la Virgen del Carmen, patrona de Vallecas. Se construye en los terrenos de un dispensario y centro de atención sociocaritativa, regentados por las congregaciones marianas jesuíticas. En parte de los terrenos de la parroquia se ubicará el actual colegio Ave María, de las Operarias del Divino Maestro . Desde al año 2000, se le unió la que era parroquia de San Felipe Neri, hoy sede, en la calle Camino de Valderribas, de un centro de Formación Sociolaboral de Cáritas.
Hay otras claves en la vida de esta comunidad. La primera es la estrecha relación con los colegios de religiosas de la zona, familias dentro de la gran familia parroquial. El párroco describe la escena con no poca satisfacción. La pasada semana se celebró la misa de inauguración de curso del Colegio del Ave María en la parroquia. Por la acera subían los niños mayores, con niño pequeño de una mano y con una pequeña silla en la otra. Símbolo, de nuevo, de la educación cristiana. También está el Colegio de las religiosas de la Asunción y el de las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor; y las comunidades de las Trinitarias, las Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia y las Apostólicas del Corazón de Jesús.
«Cafetesis»
La parroquia vive volcada en la caridad. Hasta hace bien poco, utilizaban el sistema de la entrega de alimentos a cientos sesenta familias. Ahora se sirven del modelo, más educativo comentan, de los cheques comida. Cada familia necesitada recibe el correspondiente vale y a la hora de comprar es acompañada por una voluntaria de Cáritas, que hace un seguimiento personal. Y junto con la caridad, la catequesis, que destaca por el «cafetesis» , el café más la catequesis para los padres de los niños de la comunión. Porque, al fin y al cabo, los padres son los principales catequistas de sus hijos. En esta parroquia la tasa de continuidad entre la catequesis de primera comunión y de confirmación es muy alta. A la formación cristiana hay que añadir los diversos grupos: Renovación carismática, Vida ascendente, Pastoral de la salud, liturgia, formación bíblica. La característica principal de la feligresía es la profunda fe y la más que contrastada generosidad. El párroco destaca que, «durante los años más duros de la crisis, las colectas subieron, no bajaron. Y no es que el nivel medio de ingresos de nuestros feligreses sea muy alto». Una parroquia volcada en compañía y en la amistad.