.
Narcos en la Cañada Real: casi una veintena del clan de los Emilios, al banquillo
Estos narcos ya fueron juzgados hace doce años (realmente, llegaron a un acuerdo con la Fiscalía) y condenados a hasta cinco años de cárcel
El clan de los Emilios es uno de los históricos de la Cañada Real Galiana. Son una docena los grupos importantes, como los Gordos, los Bruno, los Fernández, los Kikos , quienes se reparten la mayor parte del negocio de la droga.
Los Emilios ya fueron juzgados hace doce años (realmente, llegaron a un acuerdo con la Fiscalía) y condenados a hasta cinco años de cárcel.
Ahora, el Ministerio Público pide para 19 de sus integrantes penas de hasta siete años por un delito contra la salud pública (venta de heroína y cocaína), grupo criminal, estafa y tenencia ilícita de armas. Se sentarán en el banquillo de la Audiencia Provincial a partir del 25 de mayo.
Según el escrito de acusación, entre los meses de julio y noviembre de 2013 la Policía pudo constar que en una determinada parcela del poblado de Valdeminmgómez en la Cañada Real había un trasiego continuo de personas «con aspecto de toxicómanos» y ajenas a los aparentes moradores de las viviendas y que «permanecían a escasos minutos en dicho lugar». Esta circunstancia fue la que levantó sospechas de que allí pudiera estar desarrollándose la venta de drogas por los Emilios.
A raíz de estas vigilancias se constató la existencia de un grupo formado por 13 personas que se encargaban de la venta de drogas a personas consumidoras en una finca en forma de recinto físicamente cerrado con sólo dos entradas posibles con acceso controlado y unas diez dependencias habitables.
División de tareas
Los acusados se dividían las tareas. Unos asumieron turnos rotatorios de vigilancia y control de acceso de personas ajenas al interior del recinto, mientras que otros realizaban las transacciones de las sustancias por dinero con los consumidores que allí acudían.
Al tratarse de una tratarse de una edificación con sólo dos puntos de acceso vigilado, así como con diversas dependencias con puertas blindadas y ventanas con rejas y escaso uso de conversaciones telefónicas para transmitirse información entre los implicados, l a Policía introdujo un agente encubierto simulando ser drogodependiente que se presentó en siete ocasiones en la parcela para adquirir unos ocho gramos de cocaína que resultó ser lidocaína y cafeína.
Al ser «continua» la entrada y salida de personas de dicha parcelas, los agentes pidieron la entrada y registro «al objeto de proceder a la intervención de la sustancia estupefaciente que pudiera haber dispuesta para su venta en el lugar, los efectos e instrumentos para su manipulación y venta, dinero procedente de la venta de droga, armas, sustancias de adulteración, efectos obtenidos a cambio de droga y demás efectos».
Durante el registro la Policía se incautó de droga, dinero en metálico, básculas de precisión, así como
Noticias relacionadas