Multas por «aparcar» las sillas de las terrazas del centro de Madrid
La Junta extrema el control a la hostelería y sanciona con 1.500 euros a quien deje el mobiliario en la vía fuera de hora
Uno de los propietarios de un negocio de restauración de la plaza de la Santa Cruz, ubicada entre Jacinto Benavente y la Plaza Mayor , ha recibido esta semana una multa de 1.500 euros por apilar mobiliario urbano –mesas y sillas– en la calle fuera del horrio permitido por la ordenanza de terrazas y veladores. No es el único expediente sancionador de este tipo que ha llegado a un hoselero en los últimos meses. Se trata de una escalada más en la vigilancia extrema que ha iniciado el Ayuntamiento de Madrid con los bares y restaurantes por exceso de ocupación de la vía pública .
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«Hay muchos establecimientos que son pequeños y necesitan sacar las mesas y sillas del interior a la calle cuando abren para poder funcionar. Según la normativa, no podrían sacarla hasta las diez de la mañana, pero abren antes y como hay más contro l están produciéndose más sanciones », informa el director general de La Viña, Juan José Bladorny.
Levantamiento por fiestas
Este tipo de multas coercitivas están recogidas en la ordenanza de terrazas y veladores que aprobó el Gobierno de Ana Botella en 2013, en sus artículos 48 g y 50. Sin embargo, antes no se registraban apenas denuncias de esta índole. «Está pasando porque el criterio de la Junta es que no se produzcan apilamientos de muebles. Antes no había un control exhaustivo», añade Bladorny.
El inicio de la controversia con las terrazas comenzó en octubre, cuando la Junta del Distrito de Salamanca ordenó la clausura del velador de Ramsés por incumplimiento reiterado de la normativa.
La Polémica continuó cuando el concejal de Centro ordenó, apenas 24 horas antes, retirar los veladores en tres plazas de Malasaña, entre las 11 horas y la 1 de la madrugada : Dos de Mayo, San Ildefonso y Juan Pujol . En su lugar se colocaron barras para las fiestas que organizaban los vecinos y organizaciones como Patio Maravillas. La decisión municipal no sentó bien a algunos de los afectados. Sobre todo por el poco margen que dieron con su aviso.
La misma guerra suscitó el levantamiento de las terrazas de la Plaza Mayor y algunas vías de entrada con motivo de las fiestas de San Isidro y los conciertos que se celebraron en el interior.