Muerte en sesión continua
En tu barrio también había una sala, y en el mío, donde murió la madre de Bambi, acabó palmando el proyector a manos de un bingo traicionero
![Taquilla de los Cines Paz, en Madrid](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2020/01/05/cines-madrid-kZyD--1248x698@abc.jpg)
Hubo un tiempo en el que podías ver tres películas por veinte duros. Los jóvenes escuchan ahora la palabra cinestudio y se imaginan lo que no fue, aunque tampoco sabrán lo que era la sesión continua ni, ya puestos, lo que valían veinte duros . Había títulos que duraban un año en cartel y espectadores que podían pagar la misma entrada una y otra semana, hasta aprenderse los diálogos. En tu barrio también había una sala, y en el mío, donde murió la madre de Bambi, acabó palmando el proyector a manos de un bingo traicionero.
Batallitas.
Los villanos cambian —supermercados, discotecas, tiendas de ropa, gimnasios, casas de apuestas, políticos…— y la competencia se multiplica, pero la víctima siempre es la misma. Lo increíble es que se ven más películas que nunca, aunque sea en pantallas minúsculas . Que no se nos olvide este dato. A los supervivientes no les queda más remedio que cambiar de estrategia o liquidar los restos en el mercado inmobiliario.
El cine no se muere, lo que agoniza son las ganas de ir a verlo en según qué condiciones. No sé si se puede aprender del entierro de los videoclubes . Puede que mejorar nuestra educación y la de los que se sientan al lado sea una batalla perdida . Es posible que el sistema de ventanas de exhibición haya quedado obsoleto...
Algún empresario ha probado los cines de lujo , quizá mal entendido. Otros pocos han recuperado el invento americano de los autocines. Hay promociones de todo tipo, días del espectador y programas de fidelidad más o menos eficaces. Igual todo es cuestión de tamaño: el número de salas es inversamente proporcional al de las pulgadas de un televisor medio y algunos salvaron el negocio troceándolo. Si es por números, hagan cuentas y salven el ritual, porque no hay nada como reír en comunión o llorar en compañía. Si es preciso, recuperen hasta la fila de los mancos.
Y hablando de lagrimitas . Si cada vez que las derramamos por un cine recién muerto pagáramos la entrada en cualquiera de los que subsisten, otro acomodador cantaría.
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