Muere ahogado tras colgarle el teléfono el médico del Summa 112: «Yo no escucho que te ahogues»
Aitor García falleció en enero de 2018 después de que el facultativo no considerara la situación una «emergencia» cuando llamaron sus padres
Los padres de Aitor García llamaron al Summa 112 después de que su hijo se desmayara y, al despertar, no pudiera respirar. Pero el médico que les atendió no consideró la situación una «emergencia» y colgó el teléfono . El joven, de 24 años, entró en muerte cerebral ese 14 de enero de 2018 y, cuatro días más tarde, falleció.
La tragedia ocurrió un domingo, en un domicilio de Navalcarnero, cuando la madre de Aitor, Carmen Ruiz, llamó al Summa 112 pidiendo ayuda porque su hijo se ahogaba, como ha adelantado El Mundo. De hecho, el diario ha tenido acceso al audio completo de una conversación dramática . «Señora, páseme a su hijo al teléfono, pásemelo», dice el médico del 112 a Carmen. «¡Pero es que se está ahogando! ¿No le digo que se está ahogando?», contesta ella, desesperada. Mientras, el joven apenas podía balbucear. «Me ahogo... No puedo...», consigue articular Aitor. «Yo no escucho que te ahogues», fue la respuesta.
Cuando el facultativo habla de nuevo con Carmen, está tranquilo: «Señora, su hijo no tiene nada. Respira perfectamente». Incluso, le comenta que su hijo se ha «tomado algo»: «Yo creo que está un poco tocao» , dice. Y, poco después de que cuelgue el teléfono, tras solicitar una ambulancia sin médico, Aitor se queda insconciente —por segunda vez—, se pone «azul», entra en parada cardiorrespiratoria y comienza a morirse .
Ocho minutos después, los padres llamaron por segunda vez. El médico, «casualmente» el mismo, según ha trasladado el Summa 112 a ABC, consideró que la vida del joven sí corría peligro, pues habían empeorado los síntomas y envió una UVI Móvil.
Además, el facultativo guió al padre en las maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta que llegaron los sanitarios, catorce minutos después. En ese tiempo, hubo otras dos últimas llamadas, en las que los padres no respondían pese a las preguntas del médico: «¿Me escuchan?», una y otra vez.
Minutos de vida o muerte
Una vez llegó la UVI Móvil al domicilio, el equipo de emergencias detuvo la parada y trasladó al joven al hospital Rey Juan Carlos. Murió cuatro días después, ya que estuvo 23 minutos en muerte cerebral —el tiempo que tardó en llegar la ayuda desde la primera llamada—, sin riego, según defienden sus padres y su abogado, Carlos Sardinero.
Los padres de Aitor han reclamado por la vía administrativa 175.000 euros de indemnización a la Comunidad de Madrid, de quien depende el Summa 112, que insiste en que todo se hizo correctamente. «El Summa 112 puso a disposición del paciente todos los recursos materiales y humanos disponibles», ha trasladado este jueves el servicio de emergencias en un comunicado. Ha insistido además en que sus profesionales «actuaron en todo momento con diligencia y profesionalidad».
Dado que la familia ha presentado una reclamación patrimonial, la identidad del médico no se puede desvelar. Como ha podido saber ABC, continúa en activo y el Summa 112, si bien insiste en «dilucidar» lo ocurrido, considera que no hubo «mala praxis» .
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